El Ministerio de Sanidad tiene claro que las medidas adoptadas por la Comunidad de Madrid son insuficientes. El ministro Salvador Illa insiste en que aún no es necesario adoptar una medida tan drástica como la de cerrar por completo la capital, pero sí que es consciente que con las restricciones impuestas hasta ahora los contagios no se frenarán, sino que seguirán al alza durante los próximos días. El plan que gusta a Sanidad es simple: aplicar las restricciones de movilidad en toda la capital y solo permitir desplazamiento con motivos de peso, es decir, ampliar las restricciones que afectan a distritos como Usera a toda la capital y a los municipios más tocados por la pandemia. Pero de momento, se esperará a octubre para valorar su se aplica esta medida o no.
Lo cierto es que las medidas impuestas por la Comunidad de Madrid no son del agrado completo de Sanidad. Illa entiende que las medidas no serán suficientes para convertir la curva en meseta y prevé con su equipo que se habrán de adoptar nuevas medidas contundentes. Pero el temor que circula por las instituciones es que la pandemia se descontrole tanto que obligue a la Comunidad de Madrid y a Sanidad a imponer una cuarentena de dos semanas similar a la que se vivió en marzo. Algo que repercutiría en la economía madrileña, ya muy tocada de por sí.
El miedo está. Y lo cierto es que todos esperan que este viernes se amplíen las restricciones a otros municipios y otros barrios cuya incidencia del coronavirus es superior a la de 1.000 contagios por 100.000 habitantes, pues en estos momentos incluso la Sierra de Guadarrama coquetea con ese temido porcentaje.
«En este momento no es necesario confinar Madrid, si se adoptan las medidas adecuadas», ha detallado Illa en una entrevista a Eldiario.es. Pero dentro de esas palabras se esconde un plan mucho más ambicioso que el que preferirían en la Comunidad de Madrid, pues la otra preocupación de su presidenta es preservar la economía dentro de las dificultades que ello supone. Un difícil equilibrio en una ciudad que ha visto como se ha vuelto a convertir en el epicentro de la pandemia en el país, algo esperado debido al volumen de población y la movilidad de la misma.
Cualquier sede pública o de un partido político con la que se hable tiene la misma sensación: la semana que entra habrá noticias nuevas. Y en dos semanas es posible que el plan de Sanidad de confinar todo Madrid se hará realidad al menos durante unas semanas. Aunque evidentemente es un escenario que todos querrían evitar.
Reuno Unido ha aplicado medidas más drásticas con datos de contagios similares a los que España, con comunidades autónomas como Aragón o Cataluña al frente de las cifras de infectados, presentaba en agosto. Ahora hay quien considera desde el CSIC, como la viróloga Margarita del Val, que la capital llegar tarde para aplicar medidas taimadas y prevén que se tendrán que abordar restricciones más duras. Al menos con el tiempo.
Evidentemente si se adoptaran medidas tan drásticas en la capital no sería durante dos meses, tal y como ocurrió a principios de año, sino que se haría durante semanas. De hecho, el periodo de cuarentena se ha reducido en toda España de 14 a diez días, debido a los nuevos descubrumientos científicos. Aún así, tanto la Comunidad de Madrid como el Gobierno buscarían la formula de mantener el motor económico del país en pleno funcionamiento y permitiría desplazamientos con motivos laborales. Solo quieren cortar de raíz las reuniones que sean aplazables.
MIEDO EN LOS BARES Y RESTAURANTES
La gran incógnita está en qué hacer con la hostelería. Madrid, al igual que el resto de España, tiene un importante sector hostelero y si se limitan los desplazamientos exclusivamente con motivos laborales se cortaría el flujo de clientes de estos sectores. No habría ocio y los empresarios de este sector se verían abocados a la ruina. Entonces, ¿qué planes tiene la Comunidad de Madrid y el Gobierno para ellos?
Por lo pronto, se han reducido un 50% el aforo en las terrazas de los establecimientos y se ha suspendido el servicio en barra. Con esto, parece que se ha aplicado un control decente en estos establecimientos, pero el problema es que retroceder a una fase 1 en la Comunidad de Madrid podría traer consecuencias duras para estos negocios.
Si ya el verano en sí ha sido complicado para el sector hostelero, el otoño no se augura con grandes cambios, sino más bien lo contrario. Aún así, lo que sí aceptan todos los pronósticos es que un confinamiento de Madrid solo duraría unas semanas, hasta que al menos la incidencia de contagios cambie de tendencia para poder volver a la nueva normalidad.