Todos conocemos a Pablo Motos por ser el conductor de uno de los programas que más está durando en la parrilla: El Hormiguero. Sin embargo, a pesar de destacar por su humor, también usa el espacio para arremeter contra temas escabrosos como la política o la sanidad. Además, también lo utiliza para confesar temas personales que no cuenta en ningún otro sitio. Un método de hablar abiertamente de su vida en su programa de más audiencia.
La reflexión con la que comenzaba uno de sus últimos programas hizo replantearse muchas cosas a los espectadores. Eso es lo que quería compartir con sus seguidores: «Quiero hablar de la frustración. ¿Os notáis más impacientes, más impulsivos, que os desanimáis enseguida? Es una sensación muy desagradable que se genera cuando hay distancia entre lo ideal y lo real, pero eso no significa que lo estéis haciendo bien. Hay muy poca distancia entre el éxito y el fracaso».
Después de esto, terminó contando las veces en las que su situación económica ha llegado a ser grave. Estas son las veces en las que Pablo Motos ha estado al borde de la ruina.
3Pablo Motos se dirige a las empresas
Después de haber vivido esas experiencias, Motos se ha dedicado a lanzar mensajes de ánimo a las personas que cuentan con un negocio y se ven sobrepasados por los problemas de dinero. En un discurso bastante largo, quiso alentar a los empresarios a que no decayeran y no se rindieran aunque pensaran que sus problemas eran demasiado grandes.
La gente que se compadece mucho se engancha a eso y ya no sale. En este momento hay mucha gente que está en el agujero, en la misma situación que tú y que va a salir adelante y no hay ninguna razón para que tú no seas una de ellas. Sigue caminando y hazte la siguiente pregunta: ¿Qué hago ahora para salir de ésta? ¿Cuál es el primer paso? No mires el problema entero porque es muy gordo. Divide si puedes el problema en trozos manejables en los que sí que puedes hacer algo, en cosas que dependan de ti», añadía el presentador.
Además, para subir más los ánimos quiso compartir los orígenes de muchas empresas conocidas. Por ejemplo, Coca Cola comenzaba como una industria farmacéutica. En el caso de Tiffany’s, fue una papelería. Nokia también comenzó como una fábrica de papel. En algún momento, todos tuvieron que reinventarse y no les ha ido nada mal.