En la actualidad, si hay algo de lo que todos hacemos uso es de Internet. Con eso, también una de las cosas más extendidas que vemos en la red es el porno, que ha influido mucho en nuestra forma de ver el sexo. Es una herramienta a la que podemos acceder de forma sencilla y que además es rápida y nos ofrece inmediatez. A todos esos ingredientes, se le une la posibilidad de poder verlo desde la palma de nuestra mano.
Todo esto se traduce en un consumo masivo de contenido sexual y pornográfico. Al contrario de lo que podamos pensar, esto no significa siempre que todo lo unido a ello sea malo, sino que también podemos encontrar algunas ventajas. Sí, este nuevo consumo ha influido en nuestra forma de ver las cosas, pero eso no quiere decir que mejor o peor.
Es un tema cada vez más actual e interesante. Descubre cómo ha influido el porno en nuestra visión del sexo.
En pareja, el porno ayuda a mejorar la vida sexual
Cuando usamos el porno como una herramienta, debemos tener en cuenta que está solo en nuestra mano el hacerlo de forma positiva o negativa. Lo mismo sucede de acuerdo con el prisma desde el que la analicemos. Centrándonos en los aspectos positivos, una de las cosas buenas es que puede alimentar nuestras fantasías sexuales, mejorando el sexo.
Desde esa perspectiva, nos puede ayudar a coger ideas, así como a aumentar los recursos con los que contamos para poderlos llevar a cabo en nuestra vida sexual real. Siempre teniendo en cuenta, por supuesto, que la pornografía no deja de ser una película de ficción. De este modo, estaremos creando una sexualidad mucho más variada y rica con nuestra pareja, cuando los dos estén de acuerdo en llevar a cabo las propuestas.
Además, otro de los aspectos que puede reforzar en nuestra vida real es la excitación. Debido al tipo de contenido que es, todo está pensado para que nos genere deseo y nos adentremos en la sexualidad al 100%. Por eso, puede ser nuestro mejor aliado en esos momentos en los que no nos sintamos demasiado activos en dicho ámbito.
Ayuda a eliminar prejuicios sobre el sexo
Desde que hemos normalizado el porno como una herramienta que usan tanto los hombres como las mujeres, también nos ha ayudado dentro de un punto de vista social. Es decir, hemos eliminado muchos tabúes y prejucios que antes podíamos tener con respecto al sexo.
Poco a poco, cada vez hablamos más sobre sexualidad, lo que nos permite conocer más cosa. En el caso de no haber podido acceder nunca a este tipo de contenido, esto hubiera sido algo más complicado. Si buscamos más puntos positivos, encontramos que este tipo de cine da una visión amplia de actividades eróticas diferentes y novedosas que muchas parejas han decidido implementar en su intimidad.
Además, es importante conocer cómo usamos dicho contenido. Podemos hacerlo de forma individual, por nuestra cuenta, o en pareja. Todo depende de cada persona y de sus preferencias. Sin embargo, dependiendo de ello, el uso puede ser diferente. Cuando estamos a solas, suele facilitar la excitación pero, si lo vemos en pareja, lo vemos más como un juego. Es otra forma de innovar en la cama.
Sin embargo, el porno nos condiciona
Aunque tiene aspectos positivos como los que ya hemos visto, también es cierto que llega un punto en el que el porno nos condiciona. Cuenta con un potente efecto de aprendizaje sexual, debido a su método a través de la observación. Por eso, este tipo de contenido afecta de forma directa a nuestro comportamiento real.
Lo vemos en diversos estereotipos como la moda de eliminar por completo el vello que tenemos en las zonas íntimas. Cada vez, por ejemplo, encontramos más parejas heterosexuales que se animan a practicar sexo anal y otras que han convertido el encuentro íntimo en algo serio y pasional donde el humor no tiene cabida.
Además, cada vez hay más personas que se atreven a realizar posturas verdaderamente incómodas. Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de los estereotipos físicos que marca. Nos dicta cómo son los cuerpos perfectos y qué tipo de sexualidad es la mejor. También solemos encontrar roles marcados que los jóvenes no dudan en repetir en sus primeras experiencias sexuales.
En ningún caso, debemos frustrarnos con el sexo real
A pesar de que el aprendizaje, sobre todo el de los adolescentes, cada vez está más influenciado por el porno, no debemos olvidarnos del sexo real. Es cierto que cada vez es más fácil acceder a estos contenidos, pero debemos hacerlo con cuidado. De hecho, en ningún momento podemos olvidar la comunicación y la educación sexual, tanto en la casa como en los colegios. De este modo, terminaremos con las ideas erróneas y no dejaremos que se confunda la ficción de la realidad.
Existe, además, un problema creciente: el de la adicción a la pornografía. Hay muchas personas que son adictos a usar este tipo de contenidos eróticos para excitarse, por lo que esa costumbre les aporta algunas consecuencias negativas. En primer lugar, al estar expuestos a esa sexualización, más tarde, cuando llegan los encuentros reales, la pareja no resulta tan excitante.
En otras palabras, la sexualidad normal, del día a día, no es tan motivadora. Eso conlleva a una marcada falta de deseo, de lubricación o problemas de erección. Es decir, perdemos el deseo sexual en la pareja, sustituyéndolo por la masturbación mientras se ve porno.
La dependencia, otro de los contras del porno
Otra de las cosas que genera el porno es una alta dependencia. Esto sucede debido a la posibilidad que ofrece de obtener una excitación rápida. Debido a ello, quienes lo consumen tienden a tener una necesidad que se vuelve compulsiva: excita en solo unos segundos, se desconecta de los problemas rutinarios, relaja cuando se alcanza el clímax, etc.
Con solo hacer uso de nuestro móvil podemos acceder a este contenido en todo momento y lugar. Esto refuerza ese patrón adictivo, relegando el sexo a una serie de prácticas muy concretas. Por ello, la recomendación es que usemos este tipo de cine como una opción y nunca como una necesidad.
De hecho, con las nuevas tecnologías, ha aparecido una nueva tendencia en auge: el audiporno. Son historias eróticas relatadas por el oído. Esto fomenta la imaginación además de ser un potente elemento que ayuda a la excitación. No debemos cerrar puertas y reducir todo al porno visual.