Las frutas son un alimento que no puede faltar en una dieta equilibrada, tal y como indican todos los organismos de salud. La recomendación es consumir al menos tres piezas al día de fruta fresca (no, no valen las conservas en almíbar), para obtener todos los nutrientes que necesita el cuerpo para una buena salud. A algunas personas les da un poco de pereza pero es importante superarla y adquirir el hábito. Es tan sencillo como dejarla troceada en la nevera, preparar macedonias o convertirla en nuestro postre o merienda habitual. Otra de las excusas frecuentes es que son demasiado ricas en azúcares como glucosa y fructosa, y por lo tanto pueden afectar a nuestro peso y hacernos engordar. Pero esto tiene bastante de mito.
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Los plátanos han sido demonizados por mucho tiempo y rechazados por su aporte calórico, y aun así no deberíamos excluirlos de nuestra dieta. Aporta energía y es el snack saludable más recomendable para tomar después de hacer deporte. Pero independientemente de nuestra actividad física, el plátano es una gran fruta para el día a día. Es especialmente rico en minerales como el potasio, que cuida la musculatura, calcio, hierro, sodio y ácido fólico entre otros. Tiene mucha fibra y es muy saciante, por eso es idóneo para calmar el hambre entre horas. Y en realidad no es tan calórico, ya que solamente aporta 71 kcal.
