No, no se ha confinado todavía a nadie en la capital. La Comunidad de Madrid ha tomado una serie de decisiones que se han adoptado en muchas autonomías, sin embargo, parece que la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, está en el punto de mira. Habrá restricciones en la movilidad en los próximos días. Los expertos de Madrid esperaban que se produjera una meseta en la curva de contagios, pero no ha sido así. Por esa razón, el Gobierno autonómico ha dado un paso más y ha decidido tomar unas medidas «dolorosas» pero que no son diferentes a las que han adoptado otras autonomías. Aún así, se habla de confinamiento selectivo y de otros conceptos que no agradan en el gabinete de Ayuso por faltar, en cierto modo, a la verdad y por estar marcados por una «campaña» contra la presidenta.
«¿Alguien piensa que una pandemia, que es global, se va a solucionar con un gobierno regional?», ha preguntado el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado. La autonomía de la capital está desbordada. Para Aguado hay que «dejar caer las pistolas dialécticas y empezar a hacer soluciones conjuntas». Con todo esto, se ha decidido abordar el asunto en las regiones más afectadas no porque se trate de barrios pobres, sino porque son zonas donde los contagios se han disparado, independientemente de las razones. La Comunidad no busca culpar a nadie, pero sí que se han resentido ante quienes les critican por haber «confinado» a la población de nuevo.
Desde Madrid saben que no es popular imponer restricciones de movilidad y de circulación, pero por el momento es la única solución para controlar los contagios. Desde que empezó la pandemia, la Comunidad de Madrid ha tenido 108.000 infectados y casi 10.000 fallecidos, según los datos oficiales. Y ahora, rondan una media de contagios diarios de unos 3.000.
Por orden de municipios, los más afectados son Parla, Alcobendas, Fuenlabrada, Madrid capital, Collado Villalba, Torrejón de Ardoz, San Sebastián de los Reyes, Getafe y Alcorcón. Esto hace que la Comunidad de Madrid se haya visto obligada a tomar una decisión que no tiene que ver con el confinamiento que se vivió en marzo y en abril, sino que se establecerán controles para paliar y frenar al virus, además de que se ha garantizado que se permitirá ir a trabajar.
LO MISMO QUE EN OTRAS COMUNIDADES
Por poner algunos ejemplos de lo que ha ocurrido en otras comunidades, Cataluña, otra de las más afectadas, adoptó medidas restrictivas para combatir el coronavirus en Barcelona y su área metropolitana. Y también en los municipios leridanos del Segriá y la Noguera. También en Murcia, donde se anunció que el casco urbano de Lorca se unía a la pedanía caravaqueña de Archivel y a Jumilla como las tres localidades de la región en las que se han decretado restricciones a la movilidad. Medidas que ya superó Totana a mediados de agosto.
Cantabria impuso un cordón sanitario durante 14 días en el barrio La Inmobiliaria de Torrelavega, en Aragón, desde el pasado 10 de septiembre se anunció la restricción de la libre entrada y salida de personas residentes en el término municipal de Andorra, en los mismos términos que ya sucedió con Ejea de los Caballeros, durante siete días, con el objetivo de atajar el incremento de casos notificado en los últimos días.
También en Castilla-La Mancha, donde hubo confinamientos en las localidades Villamalea y Bolaños de Calatrava. Y en Extremadura, donde la Junta impuso el «aislamiento social» en Villarta de los Montes (Badajoz), un pueblo de 430 habitantes, por un brote que suma 40 casos y un fallecido, y confinó Alcántara (Cáceres) tras detectarse 43 positivos.
Casualidades, en Castilla y León, desde el pasado 16 de septiembre, el Boletín Oficial de Castilla y León publicó la orden por la cual los municipios de Sotillo de la Rivera (Burgos) y Pesquera del Duero comenzaban las dos semanas de restricciones a la movilidad.