¿Clase alta o clase media? Según el partido político al que votemos, la renta que cobremos, la clase social a la que pertenezcamos… Todo esto determina nuestra personalidad individual. Hasta ahora, es algo que se puede comprobar según la educación y otra serie de factores. Pero, ¿alguna vez has pensado quiénes hacen mejor el amor? Quizá es una de las cosas en las que no has caído, sin embargo, todo esto también tiene que ver con la calidad del sexo.
Al igual que todo lo anterior también es determinante a la hora de tener más belleza o más éxito en la vida, cosa que ya han demostrado varios estudios sobre el tema, parece que también influye, y mucho, en la cama. Al menos, en lo buenos o malos que seamos en nuestras relaciones íntimas. Todo parece estar conectado y, ahora, sabemos quiénes son los mejores en el dormitorio.
Si te lo has preguntado alguna vez, esto te interesa. Clase alta o clase media, ¿quién hace mejor el amor?
El sexo, una extensión de la personalidad
Ya sabemos que las personas que votan a partidos liberales no hacen el amor de la misma forma que los conservadores ni que los socialistas. Cuando una persona vota a un partido político u otro, es porque se siente representada por el mismo. Es decir, comparten rasgos de la personalidad.
Por eso, la personalidad también determina cómo se disfruta del sexo según cada persona, siendo este una extensión más de la misma. Además, cómo nos comportemos en la cama también tiene mucho que ver con la forma que tenemos de ver la vida de forma individual.
De hecho, el tema es tan interesante que ya ha sido abordado desde hace varios años. Desde hace décadas, muchos escritores y expertos han hablado y escrito sobre lo mismo. Un ejemplo de ello lo tenemos en el autor británico Adrian Anthony Gill que, en el año 1992, escribió un artículo sobre esto y que fue publicado en la revista Tatler.
Cómo se hace el amor según la clase social
Según el artículo publicado por el autor británico, lo cierto es que el sexo no debería entender de clases. Esto está muy bien en la teoría. Sin embargo, en la práctica no es así. De hecho, aunque parece que cuando hacemos el amor, estando desnudos, no tenemos más en lo que pensar, parece que las clases medias son las peores en lo que al sexo se refiere.
Las clases medias son las que más piensan en la importancia del sexo y, de hecho, también son firmes en la creencia de que importa mucho la persona con la que lo hagas. Sin embargo, las altas y las bajas saben que pueden tenerlo con prácticamente cualquier persona. Por eso, las personas de la clase media tienden a tener más pudor a la hora de desnudarse ante algo, debido a ese sentimiento de culpa. Las altas y bajas no cuentan con el mismo.
Podríamos decir, citando al autor británico, que las clases medias cuentan con un puritanismo elevado a la hora de referirse a hacer el amor. Es por esto que parece que son las que menos disfrutan. Quizá es ese sentimiento de no dejarse llevar. Al final, terminan dándole demasiada importancia al hecho de tener sexo.
Clases altas y bajas, las menos puritanas
Dejando de lado que las clases medias son de las más puritanas, cabe preguntarse qué hay de las más altas y las más bajas. Parece que, de acuerdo a los estudios relacionados con el tema, estas son las que menos prejuicios tienen a la hora de hacer el amor.
En el caso de las altas y las bajas, las personas que pertenecen a las mismas se atreven a dar instrucciones en el dormitorio, así como a demostrar lo que sienten. Es decir, son más propensas a gemir o gritar cuando se acerca el momento de llegar al orgasmo.
Cuando vives en una casa grande, no hay riesgo de que nadie te escuche. Y, si vives en una demasiado pequeña, no tiene sentido fingir que no estás teniendo sexo en ese momento. Es algo a lo que te terminas acostumbrando, por lo que está más normalizado.
Así hace el amor la clase media
Según el autor británico Gill, parece que la clase media cuenta con una vergüenza respecto al sexo que ha ido heredando de la educación conservadora recibida a lo largo de los tiempos. Es por eso que se da dicho pensamiento respecto a hacer el amor.
Aunque esto debería ser mucho más normal y tratarse como algo natural, lo cierto es que en la práctica no sucede así. De hecho, por desgracia, muchas mujeres llegan al final de su vida sin haber experimentado nunca lo que es un orgasmo. Es por eso que han ascendido al éxito muchos juguetes sexuales como el succionador de clítoris, ya que es algo poco común.
Si le damos la razón al autor, el sexo sí entendería de clases. Sin embargo, más que relacionado con las clases, lo cierto es que lo está con la educación y el entorno que rodeé a las personas. Estas pueden cambiar su forma de ver el mundo, así como de entender las relaciones sexuales, si llega un amante que sepa hacerlas disfrutar como se merecen. Saber o no saber hacer el amor, no está tan reñido con el sitio de dónde venimos. Es algo que podemos aprender con el tiempo.
Según haga el amor, así podemos determinar si es de clase media
Además de diferencia a las clases medias de las altas y bajas a la hora de hacer el amor, Gill incluso cuenta con algunos trucos de excepción. Estos deben ponerse en práctica para quitarnos de en medio a personas de clase media que no sepan tener buen sexo.
En el caso de que sean personas que prefieren hacerlo con la luz apagada o tenue, si se lavan tanto antes como después de practicar sexo o si son adictos a hablar de lo buenos o lo malos que son en la cama, mejor irse por otro lado.
Parece que, según el autor, solo las clases medias se dedican a hablar de si son buenos o no en la cama. Sin embargo, solo se debería hablar de lo importante que es disfrutar ambos del momento. Parece que la clase media aún tiene mucho que aprender.