Desde que en marzo se desatara la pandemia por el coronavirus, las mascarillas se han convertido en nuestro accesorio más indispensable. Ya son todo un icono unido a la COVID-19 y es que, gracias a ellas, podemos estar salvando vidas. Sin embargo, no todas son igual de efectivas ante la enfermedad, pues no cuentan con las mismas protecciones ni material filtrante, el único que puede detener la expansión del virus.
Las más extendidas son las quirúrgicas. Son las más económicas, las más accesibles y también, desde el fin del estado de alarma, las que más vemos en la calle. También es normal cruzarse con personas que prefieren usar su propia mascarilla realizada con tela e incluso con papel. Pero, ¿es esto realmente efectivo?
Para tener una visión más amplia sobre su usa, descubre las mascarillas que NO protegen contra el coronavirus.
6Especiales contra gases y vapores, iguales que las quirúrgicas
Estas, aunque parezcan demasiado elaboradas, cuentan con la misma capacidad y efectividad que las mascarillas quirúrgicas. Es decir, al elegirlas, estaremos llevando exactamente la misma protección, aunque de una forma mucho más incómoda.
Están especialmente pensadas para que no inhalemos sustancias tóxicas (pintura, gases, aerosoles, etc.). No obstante, no están preparadas, en ningún caso, para frenar que inhalemos otros microorganismos como puede ser el coronavirus.
Las únicas capacitadas para ello son las FFP2 y las FFP3. En definitiva, este tipo, pensadas para los gases, son una forma mucho menos útil y cómoda de llevar la mascarilla higiénica a la que estamos acostumbrados.