Barcelona es de las ciudades españolas más imponentes. Cada uno de sus espacios dan muestra de una enorme diversidad cultural, que cualquier persona quisiera conocer. La historia de nuestro país es rica, diversa, abre un abanico de posibilidades para comprender el porqué de las cosas que vemos diariamente, cuando salimos a dar un paseo en sus acogedoras calles y sitios emblemáticos que forman parte indispensable de ese Conjunto Histórico Artístico que hemos heredado dignamente desde siglos pasados. Por cierto, muchos dragones aluden a esa historiografía.
Barcelona, además de ser una tierra llena de maravillas, es considerada la cuna de los dragones; una ciudad que reparte en diversos rincones más de 400 esculturas que rinden tributo a estas criaturas fantásticas y reveladoras que podemos observar en la actualidad. Es importante destacar, que la capital catalana cuenta con una amplia variedad de esculturas de los míticos dragones. Hay de todos los colores, de todos los tamaños, y de las formas más increíbles que no verás en ningún otro sitio.
Muchos turistas disfrutan de sus espacios, hurgan en los puntos más representativos de Barcelona para tomarse una foto, conocer la historia, y por supuesto, vivir una experiencia inolvidable. Como dato vinculante, las figuras están fabricadas en piedra y madera, así como también puedes encontrarte mosaicos, hierro forjado y materiales de todo tipo. Descubre los secretos de estos dragones, y la relevancia que tiene a nivel del turismo histórico que se hace notar en esta importante ciudad.
2Las representaciones de dragones
Desde el punto de vista cultural, el dragón tiene una connotación que sirve para representar el bien como un guardián poderoso y sabio, pero en otros casos también puede significar la maldad, y convertirse entonces en un monstruo que no tiene piedad. En Barcelona, tenemos la posibilidad de encontrarnos con muchos ejemplares, algunos poseen alas, tienen grandes mandíbulas y garras. Por otro lado, veremos ciertos dragones con un aspecto menos agradable ya que no poseen patas ni alas.
Pues bien, hace siglos atrás, Barcelona fue denominada como Drakcelona. El asunto es que hay dragones que se esconden en muchos rincones de la ciudad, y que perfectamente puedes conocer y admirar. Los artistas nacionales, cada año, han ido creando obras diferentes, poniendo en evidencia su imaginación. Tal es el caso de los dragones orientales que no tienen alas, pero vuelan. Claro está, son bondadosos. Tenemos también los dragones occidentales que estos son eres malignos.
Si bien es cierto que a lo largo de los años la figura de los dragones ha cambiado, y esa representación del ser mitológico ha influido en esta época, nadie puede poner en duda que llama la atención de muchas personas. De hecho, si caminas por las calles, verás dragones que tienen su génesis en la Edad Media, como el que está en el Barrio Gótico, muy cerca de la Catedral.