Las patatas fritas, ese manjar que es un pecado mortal para el organismo debido a los almidones de la patata y las grasas en las que ses fríen. Ya sea en aceites o en mantequillas, el caso es que estas grasas son una auténtica bomba calórica, que además ataca precisamente a nuestro paladar y nuestro corazón con una sensación de placer inigualable. Todos somos conscientes de que la patata, para que no engorde, ha de hacerse o bien cocida o bien al horno enseñándole el aceite en este último caso. Sin embargo, es factible hacer patatas fritas más saludables. ¡Y es muy fácil! Te lo explicamos.
3PATATAS FRITAS, SÍ, PERO ANTES COCIDAS
Este es uno de los grandes trucos de los maestros de la cocina para conseguir esas patatas que son más ligeras y menos grasientas. Esta receta de patatas fritas se basa en cocer antes de freír la patata. Esto es, pones a hervir en un cazo agua con sal y cuando esté hirviendo, añades la patata pelada o cortada y sin pelar, y la dejas unos minutos hasta que comienza a reblandecer su pulpa. En ese punto, la extraes del agua con cuidado y la secas sobre papel absorbente antes de llevarla a la sartén o la freidora. El resultado será espectacular, en cuanto a sabor, textura y menos calorías ingeridas.
Esta forma de hacer las patatas es muy similiar a cómo preparar una buenas patatas bravas caseras o unas patatas ali-oli. El agua, al igual que cuando las humedeces durante horas, permite conseguir un exterior dorado más atrayente y un interior muy tierno y sabroso.