sábado, 23 noviembre 2024

Cómo saber si tu mascarilla casera es 100% segura

Desde que finalizara el estado de alarma, nos hemos ido acostumbrando a la ya más que acogida «nueva normalidad». Uno de los elementos que ya siempre van con nosotros es la mascarilla. De hecho, en prácticamente toda España, su uso es obligatorio aunque podamos guardar la distancia de seguridad marcada por las autoridades sanitarias.

Es por esto que se han generalizado de forma que ya nunca salimos a la calle sin ellas y que, en el caso de que se nos olviden, no dudamos en volver a casa a cogerlas. En el nuestro y en todos los países del mundo el objetivo es el mismo: no permitir que se siga propagando el contagio del coronavirus.

Las higiénicas son las más extendidas, pero también las que hacemos nosotros mismos. Por eso, descubre cómo saber si tu mascarilla casera es 100% segura.

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Simon Kolstoe y el método para saber la efectividad de las mascarillas

simon kolstoe

Kolstoe nos explica que, este tipo de coronavirus, apenas mide 0,08 micrómetros. El hueco de una mascarilla de tela normal cuenta con huecos en su tejido de entre 0,1 y 1 milímetros. Dicho de otro modo, los agujeros prácticamente invisibles que encontramos en la tela de nuestro elemento protector pueden ser incluso 1.000 veces más grande que el virus del que nos intentamos defender.

Por eso, con este tipo de mascarilla lo que queremos es que el aire que espiramos no llegue a la persona que tenemos delante. Para comprobar si esto es efectivo, podemos seguir un truco sencillo propuesto por el profesor. Podemos pedirle a otra persona que nos grabe mientras vapeamos y probamos a lanzar el aire a través de la mascarilla mientras la llevamos puesta.

En el caso de que no lo traspase y salga de forma ligera por los extremos de la misma, es que sí funciona y estaremos con ella protegiendo a los demás. El experimento, a pesar de ser muy sencillo, nos sirve para conocer la eficiencia de la mascarilla de tela, pero no solo eso. También nos puede ayudar a conocer cuál será la mejor posición en la que nos la tengamos que poner.