Una nueva investigación de la Universidad de Minnesota y de la Universidad de Washington (Estados Unidos) ha evidenciado que cada seis camas adicionales en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) o siete camas adicionales fuera de la UCI ocupadas por pacientes con COVID-19 provoca una muerte adicional de COVID-19 durante la semana siguiente.
«Un aumento en la hospitalización conduce naturalmente a más muertes, pero estas muertes pueden no solo provenir de aquellos que están hospitalizados, sino también de aquellos que deberían haber estado hospitalizados pero no lo estuvieron», explica Anirban Basu, coautor de la investigación, que se ha publicado en la revista científica ‘Journal of General Internal Medicine’.
Los resultados del estudio muestran que el impacto del uso de las camas de la UCI se mantiene bastante constante a medida que cambia la disponibilidad de camas en la UCI. Estos efectos también están en línea con las recientes estimaciones de la literatura científica sobre la mortalidad entre los pacientes de COVID-19 que reciben cuidados intensivos, que muestran que las tasas de mortalidad aumentan a medida que las UCI se llenan.
Lo que fue sorprendente, según estos investigadores, fue el efecto de las camas no en la UCI. Para otros siete pacientes hospitalizados que no están en cuidados intensivos, se esperaría alrededor de 0,5 muertes en los próximos siete días, según los datos generales publicados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Sin embargo, esta nueva investigación encuentra que el número total de muertes por COVID-19 que realmente ocurren es mucho mayor.
«Esto puede indicar que las limitaciones en la capacidad disponible de las camas de la no UCI pueden tener un efecto indirecto en los pacientes no hospitalizados. De hecho, el estudio encontró que el efecto de las camas no en la UCI aumenta constantemente a medida que más y más camas no en la UCI son ocupadas por pacientes de COVID-19», hipotetiza Basu.
Por ejemplo, cuando el 20 por ciento de las camas de hospital que no son de la UCI están ocupadas por pacientes de COVID-19, siete ingresos adicionales de COVID-19 en camas que no son de la UCI producirán dos muertes más de COVID-19 en los próximos siete días.
«Incluso cuando el 80 por ciento de las camas de fuera de la UCI todavía están disponibles, un mayor aumento en las admisiones de COVID-19 conduce a un número significativamente mayor de muertes que lo que esperaríamos sólo de los pacientes hospitalizados. Esto puede deberse a que la prestación de servicios de salud dentro de un hospital no sólo está impulsada por las camas del hospital, sino también por el personal y los suministros específicos de COVID, que pueden ser muy escasos, lo que afecta a las políticas de admisión de los hospitales para COVID-19″, señalan los investigadores.
Por consiguiente, los esfuerzos para ‘aplanar la curva’, es decir, reducir o detener el aumento de personas infectadas con el coronavirus a través de medidas de salud pública como el uso de mascarillas y el distanciamiento físico, son más importantes que simplemente evitar que los hospitales se vean abrumados. Si no se aplana la curva, incluso antes de que los hospitales alcancen su capacidad, se mata a más personas que las que acaban en las camas de los hospitales.