¿Alguna vez te has planteado el observar cómo duermes con tu pareja? Cada uno es un mundo y cada persona tiene sus manías y particularidades a la hora de irse a la cama. Sin embargo, sí que hay estudios donde se analizan las posiciones más comunes y que demuestran, con datos, qué tipo de unión tenéis de acuerdo a la forma en la que lo hagáis. Es decir, se puede conocer el punto en el que se encuentra vuestra relación.
Quizá pensando, puedas llegar a la conclusión de que recuerdes tener peleas con tu compañero porque no le dejas espacio suficiente o, tal vez, seáis de esos a los que les encanta dormir abrazados. Sea como fuere, cada posición cuenta con su significado particular. No es complicado sentirse identificado.
Si deseas conocer hasta el más mínimo detalle, esto te interesa. Según como duermas con tu pareja, así de fuerte es vuestra relación.
La pareja que duerme de espaldas, pero tocándose
Existen estudios que demuestran hasta cómo es vuestra relación según agarréis vuestras manos. Con la posición a la hora de dormir ocurre prácticamente lo mismo. En el caso de aquellos que duermen de espaldas pero no dejan de tocarse, el significado es claro.
Esta posición demuestra que las dos partes desean respetar el espacio individual de la otra. Sin embargo, no quieren dejar de mantener el contacto con el otro. Son personas dinámicas, a las que les gusta hacer cosas juntos, pero también de forma independiente.
Es un claro ejemplo de una relación saludable y muy estable. De acuerdo a la opinión de los expertos, es el máximo exponente de la confianza en la pareja sin la necesidad de que esté el otro de forma continua.
Dormir de espaldas pero separados
Si a la hora de iros a la cama lo hacéis de espaldas y sin tocaros, puede ser una muestra clara de que algo no anda del todo bien en vuestra relación. Parece que existe una necesidad recíproca de mantener las distancias, es decir, un deseo de contar con mayor libertad en vuestra vida individual. Esa falta de contacto indica que ha habido una fuerte discusión o la falta de independencia de alguno.
Para llegar a una buena conclusión, habría que analizar la posición más al detalle. En el caso de que las manos se mantengan cerradas y el cuerpo tenso, podría ser que tu pareja no desee comunicarse. También sería una señal de que no desea la presencia del otro en la misma cama.
En cambio, en el caso de que el cuerpo esté suelo y no exista ningún tipo de tensión, podría ser un indicador, como en el caso anterior, de confianza y respeto por el espacio vital de la otra persona. Aquí no habría de qué preocuparse.
La pareja que duerme de frente, pero sin rozarse
Hay parejas a las que les encanta dormir el uno frente al otro. Sin embargo, a la hora de la verdad, no se rozan. Esto no quiere decir nada malo, sino justo lo contrario. Es cierto que es un signo de que deseáis intimidad, pero sin dejar de ver a la pareja.
Los dos saben en cada momento respetar el espacio íntimo del otro. No obstante, cuentan con una conexión especial que hace que les sea imposible dormir muy distanciados el uno del otro.
En general, son personas que tienen una forma fácil y sencilla de llevar a cabo las rutinas y conocen a la perfección el método para lidiar con los problemas y rencillas que puedan surgir en el día a día.
Dormir entrelazados
Una de las señales clave a la hora de expresar deseo y de querer intimidad con la otra persona es el hecho de dormir entrelazados en todos los puntos de vuestro cuerpo.
Todos los expertos coinciden en que si tu pareja y tú dormís así aún mantenéis una pasión y un deseo intactos y muy fuertes. Es la forma de dormir más común en aquellos que están empezando. De hecho, suele suceder cuando los dos se rinden ante el sueño después de una noche de sexo.
Dormir entrelazados puede desvelar deseo sexual. Sin embargo, también tiene su parte mala. Puede que una de las personas a las que les guste dormir así sufra de celos en la relación.
En la posición de la «cucharita»
Es una de las posiciones más comunes para dormir en pareja. Se llama de forma coloquial como la «cucharita» y se trata de que una de las dos personas abrace a la otra por detrás, manteniéndola pegada a su cuerpo.
Aquella persona que tiende a abrazar a la otra funciona como una especie de guía en la relación, demostrando la necesidad por proteger a la otra parte. Son parejas que se sienten cómodas y seguras.
Esta posición es un claro indicador de que existe una armonía perfecta entre las dos personas. No obstante, también podría indicar que puede que exista algo de inseguridad en la relación.
La pareja que duerme abrazada
Aquellas parejas que duermen abrazadas demuestran tener mucha complicidad en su relación. Según la opinión de los expertos, aquí el lenguaje corporal nos quiere decir muchas cosas y casi todas son buenas.
Dormir en esta posición es un claro indicador de que existe amor, compromiso y cariño entre los dos miembros. Además, refleja que la relación va viento en popa y que se llevan muy bien en todos los ámbitos, también en el sexual.
Si dormimos con la cabeza apoyada sobre el hombro de la otra persona quiere decir que nos sentimos muy a gusto y protegidos por nuestra pareja. Es decir, todo parece ir bien en el día a día.
Arrinconar a la pareja en la cama
Hay personas que no terminan de acostumbrarse a dormir en pareja. Por eso, una de ellas muestra una clara falta de educación y compromiso al ocupar gran parte de la cama, dejando arrinconada a la otra persona.
Esta posición demuestra que esa persona que ocupa tanto espacio parece no sentir demasiado afecto por la otra, ya que no se preocupa de su bienestar. También puede indicar que la relación pasa por un momento complicado.
La persona que ocupa menos espacio se siente insegura y cuenta con una autoestima más baja. Sin embargo, la que sí lo ocupa sigue creyendo que todo va como el primer día, sin hacer frente a los problemas.
Dormir con los pies entrelazados
Una posición singular es aquella en la que, aunque no durmamos abrazados a nuestra pareja, nuestros pies siempre encuentran la manera de unirse, incluso cuando estamos dormidos profundamente.
Es un claro indicador de que los dos se siguen amando, aunque deberíamos prestarle más atención a este tipo de relaciones. Puede significar que aún queda amor y pasión, aunque existen diferencias.
Si dormimos así, aún tenemos intacta la complicidad con nuestra pareja, pues es un signo de gran compromiso entre las dos partes. Aún os queda mucho recorrido.