Para adelgazar es necesario reducir la ingesta de calorías para que el cuerpo tenga que tomar su energía recurriendo a las grasas acumuladas. Así que las dietas bajas en calorías son la clave, entre otras cosas. Pero no basta con reducir sin más, hay que hacerlo con cuidado y responsabilidad para no poder en riesgo nuestra salud. Lo primero es conocer cuál es nuestra tasa metabólica basal. El metabolismo basal puede definirse como la energía que necesita nuestro organismo para realizar las funciones básicas como bombear el corazón, respirar, digerir, moverse o pensar. Este gasto está predeterminado y se produce incluso mientras dormimos. Luego está el consumo calórico que depende del metabolismo de cada persona, dependiendo de la edad, el sexo, la complexión etc. La tasa metabólica basal es pues, el resultado del cálculo de las calorías mínimos para funcionar en el día a día.
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Muchas personas deciden eliminar la fruta de su dieta cuando quieren perder peso por ser ricas en azúcar. Es cierto que contienen una buena cantidad de azúcares pero gracias a la fibra, se metaboliza más lentamente y no llega a acumularse como pasa con una galleta, por ejemplo. De todas formas existen algunas frutas más calóricas que otras. La sandía, el melocotón, el albaricoque o los frutos del bosque tienen menos de 50 calorías por cada 100 gramos.