El desempleo es una de las principales preocupaciones de los jóvenes españoles que se ha visto agudizada con la pandemia de la Covid-19. La juventud no solo está preocupada por los altos índices de paro en los jóvenes, sino también por la repercusión económica que la crisis sanitaria esta provocando en muchos hogares en los que han visto como sus progenitores han perdido su puesto de trabajo y la repercusión que esto pueda tener en su futuro haciéndoles más vulnerables.
Así lo explica la responsable de participación infantil y juvenil de Unicef, Lucia Losoviz, con motivo del Día Internacional de la Juventud que se celebra este miércoles. «Se dan cuenta de que van a ser uno de los grupos más afectados para poder acceder al empleo en unas condiciones dignas y de que si ya vivíamos una situación grave, ésta va a ser ahora mucho más difícil», comenta Losovitz.
Por su parte, Cristina Sanjuan, experta en prevención de la violencia infantil de Save the Children, indica que los efectos de la crisis económica en la familia o la pérdida de empleo e ingresos destacan entre las preocupaciones de los adolescentes en este momento.
Según afirma la portavoz de Unicef, a los jóvenes «les preocupa el apoyo que puedan tener para evitar el abandono escolar y buscar soluciones para que no tengan que depender de la situación socioeconómica familiar».
En este sentido, la experta en prevención de la violencia infantil de Save the Children hace hincapié en que las estimaciones de la ONG apuntan a un crecimiento de la tasa de abandono escolar en España de 1,7 puntos.
Una de las reivindicaciones permanentes de la juventud es la necesidad de contar con mayor participación en los temas que les afectan. «Los jóvenes se sienten hoy el presente y, sin embargo, los mecanismos de participación se limitan al voto cuando son mayores de edad y no hay espacios o mecanismos donde se puedan sentir escuchados», manifiesta Losoviz.
Como ejemplo, Losoviz sostiene que nadie ha escuchado la opinión de los adolescentes sobre el sistema educativo durante la pandemia y «nadie les ha preguntado cómo se podía mejorar para el siguiente curso en caso de que haya que volver a confinarse». En este caso, la portavoz de Unicef cree que los chavales «se sienten poco escuchados en la escuela o los institutos y a nivel gubernamental».
En esta línea, Losoviz afirma que los adolescentes han echado de menos que se utilizaran cauces de comunicación adecuados a su edad para informarles del Covid-19, especialmente al principio. «Ellos creen que si se les involucra activamente en la respuesta son más conscientes del problema», añade, al tiempo que destaca que lamentan que se les haya «estigmatizado» responsabilizándoles directamente del aumento de los contagios por coronavirus.
«Son conscientes de que hay jóvenes que no tienen un comportamiento adecuado, pero también en adultos ocurre eso y recuerdan que durante el confinamiento fueron partícipes de muchas iniciativas para ayudar a personas más vulnerables», detalla.
La situación de los niños migrantes, la salud mental en la infancia, la falta de espacios adecuados para su ocio o el medio ambiente son temas que también preocupan a los jóvenes. «Están muy concienciados en que ellos van a ser quienes hereden el problema del cambio climático y tienen interiorizados esos mensaje», concluye Losoviz.
«La crisis climática es un tema que sigue, de hecho, preocupando a los adolescentes», añade Sanjuan, que pone el acento en que les importa especialmente el tema de la eliminación y tratamiento de los residuos que está provocando la pandemia.
Por otro lado, Cristina Sanjuan explica que el confinamiento, la desescalada y la nueva normalidad por la epidemia del coronavirus ha dificultado las «interacciones», que son naturales en la adolescencia e «importantes para su desarrollo». La OCDE ha alertado de los «efectos duraderos» que puede tener en su salud mental, recalca.
Finalmente, la experta en prevención de la violencia infantil de Save the Children recuerda que en el informe ‘Infancia en reconstrucción’ la ONG ya advertía de que la pobreza infantil en España pasará del actual 26,8% al 33,3% a finales de este año, tras la crisis sanitaria, económica y social que sufre el país tras la pandemia del Covid-19.