El coronavirus nos ha hecho cambiar muchas cosas de nuestra vida diaria. El sexo, es una de ellas. Por ejemplo, durante la cuarentena, hemos convivido las 24 horas del día con nuestra pareja y, si a eso le añadimos el haber teletrabajado, cuidar a los niños, etc., puede que nuestros niveles de estrés hayan aumentado bastante. Esto puede haber provocado un descenso (o aumento) en nuestras relaciones sexuales.
Sea como fuere, lo cierto es que, tanto si hablamos de los encuentros íntimos en pareja como los esporádicos, ya hay unas nuevas reglas establecidas para que sean mucho más seguros. La pandemia ha afectado a las relaciones sexuales, aunque, como siempre, nos hemos adaptado como hemos podido a la situación.
Si aún no conoces las nuevas prácticas, esto te interesa. Así será el sexo mientras no se «extinga» el coronavirus.
La pandemia ha afectado a nuestra forma de entender el sexo
La COVID-19 ha provocado una gran cantidad de cambios en nuestra sociedad, también respecto a las relaciones sexuales. Antes de la pandemia, nuestra forma de vivir era muy acelerada, dejando el sexo para la última hora del día por falta de tiempo. Sin embargo, en la época de cuarentena, hemos podido ver cómo esto, en algunos casos, ha cambiado.
Muchas personas han vivido el confinamiento como una pausa en sus vidas, por lo que han valorado mucho algunos aspectos positivos, como las relaciones íntimas, y las han vuelto a hacer protagonista de las rutinas. Durante este tiempo, el sexo ha sido más espontáneo, natural y, por supuesto, hogareño.
Hablamos, claro, de las personas que han podido confinarse con su pareja. En los demás casos, personas que no han estado con sus parejas o que no tiene, la situación no ha sido tan buena. La frustración por no haber tenido encuentros sexuales por el coronavirus ha estado presente, sobre todo, en personas acostumbradas a practicar sexo ocasional con desconocidos. Esto, por supuesto, es cada vez menos posible para evitar el riesgo de contagios.
El sexo dentro de la nueva normalidad
Mientras no se encuentre una vacuna o un tratamiento que sirva para terminar con el coronavirus, no podremos practicar sexo esporádico que sea 100% seguro. Por este motivo, muchas personas no se atreven a hacerlo a no ser que sea con personas de extrema confianza. La nueva normalidad, por tanto, también llega al mundo de las relaciones sexuales, que deberán verse limitadas.
Hasta que los avances científicos no den con la ansiada vacuna, las personas somos las responsables de adaptarnos a la situación y, por supuesto, cumplir las recomendaciones sanitarias. El sexo, como lo entendemos de la forma tradicional, no se verá demasiado afectado. Sin embargo, sí lo estarán otro tipo de encuentros como los liberales o los que se producen entre los «swingers».
En este momento, este tipo de encuentros se hacen entre conocidos y de forma mucho más íntima y privada. Al igual que ha sucedido durante el tiempo de confinamiento, los encuentros sexuales serán mucho más hogareños, dejando de lado los locales por poder suponer un importante foco de contagios.
Cómo serán las relaciones en otro tipo de parejas durante el coronavirus
Antes del coronavirus, los juegos de intercambio de parejas, por ejemplo, se llevaban a cabo en locales especializados. En el momento en que una pareja deseaba cumplir sus fantasías, sabían perfectamente a qué espacio acudir para poder satisfacerlas. La espontaneidad era la clave, cosa que ahora no se puede cumplir del mismo modo.
Debido a la pandemia, ha cambiado la forma de entender este sexo denominado como más liberal. Cuando las parejas desean tener este tipo de encuentros especiales, deben estar debidamente planificados, siempre teniendo en cuenta los riesgos asociados a los mismos.
Las prácticas online han salido reforzadas desde el confinamiento. Los encuentros virtuales entre las parejas se han convertido en una nueva forma de comprobar si existe atracción entre los miembros sin arriesgarse. Si la chispa es muy fuerte, puede que lleguen a una cita presencial, en caso contrario, el riesgo habrá sido cero.
Nuevas prácticas sexuales, ¿nos acostumbraremos?
La gran pregunta, por supuesto, es si, aunque el sexo y los encuentros, sobre todo los liberales, hayan cambiado de forma tan drástica, seremos capaces de acostumbrarnos. Lo cierto es que nuestra curiosidad ha aumentado en este tiempo de confinamiento, por lo que hemos pensado más sobre sexo y no es algo que vayamos a dejar de lado.
Tanto en el mundo de las parejas liberales como en el de las tradicionales, el sexo va a ser algo que continuará estando presente. Como hemos visto, habrá casos en los que se deban tomar una especie de medidas, como los encuentros virtuales, para no exponernos al virus sin ninguna necesidad. Además, en las parejas que tienen encuentros íntimos en su propio hogar también existe parte de riesgo, por lo que también hay medidas que se pueden llevar a cabo para prevenirlo.
Elegir posturas en las que darse la cara con la otra persona no sea necesario, como el perrito, serán la tónica de la nueva normalidad sexual. Además, han florecido otro tipo de prácticas, como los juguetes sexuales o el sexo por teléfono y online, que lo convierten en uno menos arriesgado, sobre todo si la otra persona es alguien que no es la pareja con la que convives.
Medidas estrictas a la hora de practicar sexo
Si queremos practicar sexo seguro durante la pandemia, ponernos solo un preservativo ya no es suficiente. La salud de las personas que estén en el encuentro sexual está en riesgo en el momento en que lo practiquemos fuera de casa. Sin embargo, tampoco debemos cogerle miedo. Simplemente, debemos actuar con sentido común y ser coherentes en todo momento.
Algunas medidas que podemos llevar a cabo para prevenir y evitar los contagios son, por ejemplo, lavarnos muy a menudo, sobre todo las manos. También debemos quedarnos en casa el máximo tiempo posible, pues es donde menor riesgo existe de que nos contagiemos. Por ello, usar la lógica será nuestra mejor arma hasta que no llegue la vacuna contra el coronavirus.
La mascarilla, además, es uno de los elementos más importantes que nos deben acompañar a cualquier lugar. Debemos alejarnos más que antes de los besos apasionados, a no ser, por supuesto, que la otra persona sea nuestra pareja y convivamos con ella en el mismo domicilio.