jueves, 12 diciembre 2024

Teresa Ribera ve a Sánchez «satisfecho», y con la mente en un «otoño de recuperación»

La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, cree que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encuentra «satisfecho» por como viene funcionando el Ejecutivo y, aunque es «la única persona» que evalúa «cuántos Ministerios, en qué momento, cómo y de qué forma», ha afirmado que «no hay ninguna conversación específica con nadie» sobre un posible rediseño del equipo de Gobierno que está «cohesionado».

En una entrevista, la vicepresidenta ha manifestado que los posibles cambios en el Ejecutivo «más allá de que pueda ser un asunto del imaginario colectivo y propuestas de grupos sociales, económicos o políticos, no está en la agenda«.

En lo que sí ve más centrado al presidente es en reflexionar sobre «cómo será la recuperación» y, aunque no se puede poner en su cabeza –«menos en vacaciones, que tendrá derecho a desconectar un poquito»– su impresión es que la «prioridad número uno» de Sánchez es que este sea «un otoño de recuperación».

La ministra ha afirmado que en ese proceso habrán de hacerse reformas que permitan «incorporar toda la capacidad de digestión y reactivación de la economía» para la mejor absorción de los recursos y la orientación de las medidas acertadas para facilitar la reactivación, poniendo «mucha atención» a las políticas sociales para que no aumente esa brecha de desigualdad.

Respecto a si en el marco de las ayudas europeas será necesario un reajuste a la baja de la dimensión del Ejecutivo, ha recordado que «no es práctica habitual» de la Comisión Europea introducir algún comentario sobre cómo se tienen que organizar los gobiernos nacionales.

Si bien, ha afirmado que sí es «relevante» prestar atención a los grupos vulnerables como los niños, trabajadores más precarios, la igualdad y el género. Esas, opina, sí serán «las cuestiones que tenga el presidente en la cabeza.

PGE «DE ESPECTRO AMPLIO»

Por otro lado, en cuanto a las negociaciones de los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para cuya aprobación el Ejecutivo deberá sumar más apoyos que los del propio Gobierno la vicepresidenta ha reiterado que «aunque algunos insistan en ello, el Gobierno está muy cohesionado» y «la coalición funciona bien.

No obstante, no niega que haya «discrepancias» respecto a algunos asuntos pero asegura que «no hay un enfoque distinto o una voluntad de quiebra ni una intención de hacer una división del Gobierno».

Además, opina que es «muy importante» garantizar los acuerdos más amplios posibles en torno a unos presupuestos «de espectro amplio». Por ello, afirma que el Ejecutivo tiene «voluntad de seguir escuchado», en concreto a sus socios parlamentarios que han permitido consolidar la mayoría de Gobierno en estos meses desde la investidura hasta aquí pero, están «evidentemente abiertos y satisfechos si se pueden incorporar otros grupos políticos».

A su juicio, este es «probablemente» el momento «más delicado y más intenso» en España y por tanto apela al compromiso de instituciones y grupos parlamentarios para «sumar fuerzas en una situación muy complicada» con una preocupación social y una necesidad de activar todas las palancas que permitan salir de esta cuanto antes y fortalecidos.

Por eso, ha afirmado que en la negociación de los presupuestos generales del Estado no se va con líneas rojas pero sí con las cosas claras y en ese sentido, apunta que la agenda del Gobierno es «bastante transparente respecto a los grandes ejes de la recuperación» que giran en torno a la transformación del modelo productivo, la transición ecológica y la digital con «hincapié» en la cohesión social, territorial y la mejora de la igualdad de género.

En todo caso, ha dicho que aunque la negociación corresponde a la ministra de Hacienda, el Gobierno está «en un diálogo con todos los grupos parlamentarios» que calificaría de «activo, de escucha y de búsqueda de consensos».

A ese respecto, admite que «probablemente» a diferencia de lo que ocurría en el pesado, en esta época las diferencias del Parlamento exigen una «apertura y geometría variable» para tener la mayoría que respalde unos presupuestos nuevos y no seguir en este momento de caída importante del PIB con unos presupuestos prorrogados por tercer año consecutivo.