La Fiscalía de Valladolid investiga los presuntos abusos sexuales a un menor de diez años por parte de uno de sus profesores en el colegio San Juan de la Cruz, perteneciente a la orden de los Carmelitas Descalzos. El docente no pertenece a la orden.
El maestro, de unos 35 años, habría cometido tales abusos en repetidas ocasiones durante varios meses, acompañados de acoso a través de internet y de mensajes (delito conocido como grooming), según la información publicada por el Diario de Valladolid-El Mundo.
Fueron los padres los que se percataron de la insistencia del profesor en ponerse en contacto con el niño a través del teléfono móvil. Según fuentes cercanas al caso, ya habían avisado por carta al centro de la actitud «inadecuada» del profesor antes de que, hace pocos días, el menor se derrumbara y relatara a los padres lo que sucedía.
Fiscalía ha puesto en manos del Juzgado de guardia de Medina del Campo la investigación. De forma paralela, los padres presentaron denuncia a través de Lexnet el pasado domingo, por medio de procurador, al mismo Juzgado de instrucción.
En su escrito, la familia formula denuncia por un delito continuado de abusos sexuales del artículo 183 del Código Penal y por un delito continuado de grooming infantil, del artículo 183. Ter. 2 del Código Penal.
La investigación cuenta con las pruebas aportadas por la familia de la víctima -sobre todo el contenido encontrado en el móvil del menor-, e investigarán posibles casos anteriores con otros niños.
Pese a que las llamadas e intercambio de mensajes se producían desde hace meses, según las mismas fuentes, los dos episodios relatados hasta ahora por el menor son de fechas recientes.
El primero de ellos, en un día indeterminado durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19, se produjo, presuntamente, en un pueblo cercano a Medina del Campo, donde la familia tiene una segunda vivienda. El docente se desplazó hasta allí y le convenció para que saliera de la casa. Fue a buscarlo y lo llevó a las afueras del pueblo con el coche, donde presuntamente cometió abusos, entre ellos la realización de sexo oral.
El segundo se habría producido en junio, con motivo de una fiesta de fin de curso que el profesor celebró en su vivienda, a la que invitó a los alumnos. El investigado habría convencido al menor para que acudiera a la casa una hora antes de la fiesta. En ese momento le habría encerrado en una de las habitaciones para perpetrar de nuevo los abusos.