La sardina es un plato exquisito. Y ahora, en verano, ha llegado su momento más álgido de consumo. Con el aumento de las temperaturas de las aguas más superficiales de los océanos es, precisamente, cuando el plancton se hace aún más abundante, por lo que la sardina se sobrealimenta, engorda más y se llena de grasa en la epidermis, así que es ¡el mejor momento para consumirlas!
Un manjar de playa español, que vive en nuestras aguas saladas y que ya, incluso, se degusta en distintos restaurantes con estrella Michelín. Un delicioso pescado azul del cual os vamos a contar cómo preparar algunas de las recetas más ricas en verano para aprovechar todo el sabor de la sardina. Porque como dice el refrán: «Las tres ‘efes’ de la sardina: frescas, fritas y frías«. Empezamos.
2Las sardinas, mejor consumirlas frescas
Las Sardina y otros peces pequeños tiene la capacidad de formar cardúmenes (bancos de peces) que se mueven al unísono. Esta es una defensa ante depredadores de mayor tamaño que al ver la formación no se atreven a atacarlo. Así, en verano, estas jugosas sardinas moviéndose en bancada en el mar, es mejor si las consumimos frescas. Ya que, normalmente, las consumimos en conservas, debemos tener presente sus distintas formas para su consumo fresco.