Se nos había advertido que volveríamos a sufrir rebrotes de covid-19 en lo que queda de 2020 pero no pensábamos que iba a ocurrir tan pronto. A las pocas semanas de que finalizase el estado de alarma, ya comenzaban a multiplicarse nuevos casos de contagios en algunos puntos del país. El buen tiempo y la necesidad de socializar después de varios meses de confinamiento, están siendo la mecha de una nueva propagación del virus. Los datos estadísticos son ahora muy diferentes a los de marzo, ya que la franja de edad en la que se están produciendo la mayoría de los contagios, se sitúa por debajo de los 40 años. Esto hace pensar que un gran porcentaje de infecciones se están produciendo en reuniones de ocio y botellones nocturnos.
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Cataluña, al ser una zona costera y turística, está teniendo un verdadero problema con los botellones y hace unos días la Generalitat anunciaba su prohibición. Las multas pueden elevarse hasta 15.000 euros y la vigilancia será responsabilidad de los ayuntamientos. También en esta comunidad se ha detectado que la mayoría de los contagios están ocurriendo en espacios de ocio nocturno y el incremento de rebrotes en las últimas jornadas está comenzando a resultar alarmante para las autoridades. Como decía el presidente de la Generalitat Quim Torra “Hoy un botellón no es una fiesta, es un acto de insolidaridad”. A pesar de esto, se siguen organizando botellones clandestinos, o no tan clandestinos, ya que son muchos los jóvenes que, ante la falta de alternativas, eligen ignorar la ley y quitarle importancia a la amenaza del coronavirus.
