Los frentes judiciales complican el verano de Podemos y abren la caja de Pandora de cara a otoño y la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. El último episodio, la denuncia de José Manuel Calvente por un supuesto delito de financiación ilegal, con ramificaciones como potencial organización crimilnal. En dicha denuncia interpuesta, son cinco los señalados dirigentes de Podemos que habrían tenido parte y responsabilidad en dichos delitos. Veamos quién es quien en este particular tiro al plato de Podemos, y cuáles son las acusaciones que pesan sobre ellos.
Cabecillas de una pequeña “suborganización presuntamente corrupta” dentro de Podemos. Así es como se refiere este exjefe del equipo jurídico de Podemos a los señalados de la formación. Da la casualidad de que Calvente fue despedido en diciembre de 2019 por Podemos sobre una acusación de delitos de hostigamiento, acoso laboral, acoso sexual y lesiones a una trabajadora del partido, procedimiento incoado por Marta Flor Núñez. Sí, la misma que ha representado a Iglesias en el caso Villarejo hasta hace unas semanas, y la misma que defiende a Dina Bousselham.
Sin embargo, el despedido y hoy acusación, siempre ha mantenido que su despido fue una purga interna, como la de su mano derecha, Mónica Carmona. Ella fue quien remitió un comunicado interno a la cúpula del partido para denunciar que habían sido despedidos por investigar presuntas «irregularidades financieras, en material laboral y de limpieza en la realización de consultas y primarias» dentro de la formación morada. En el caso de la abogada, se justificó como un ajuste interno por tener menos recursos económicos.
4LA COOPERATIVA KINEMA, EN EL OJO DEL HURACÁN
En la denuncia aparece en varios momentos la Cooperativa Kinema, que fue fundada por Rafael Mayoral y que ahora está dirigida por Elena Marcello, su pareja. La vicepresidenta de Kinema es Rocio Esther Val, que ejerce de gerente de Podemos desde enero de 2019, momento en el que abandonaría la vicepresidencia de la organización. Dicha Cooperativa actúa como gestoría laboral de Podemos, «sin licitación previa del servicio», según Calvente. Es Val quien controla los contratos y gastos del partido junto con de Frutos, y que estarían en connivencia con la letrada Marta Flor Núñez, que sería la ejecutora de los despidos de los trabajadores que no les habrían seguido el juego de la corrupción, según explica en la denuncia.