No, el fondo europeo no vendrá solo con el apoyo de los países del oeste de la UE. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acabado su gira europea para intentar convencer a los dirigentes más díscolos con la idea de un fondo común europeo para paliar las consecuencias de la pandemia sin éxito. Holanda y Suecia se han plantado y no ceden ante Sánchez; Alemania le ha dado un toque al presidente español y las posiciones siguen estancadas de cara a la cumbre europea que se celebra desde este viernes. Sin embargo, en esta gira, Sánchez ha menospreciado a todos los países del este de europa, también conservadores y claves a la hora de tomar medidas conjuntas en la Unión, algo que le han reprochado desde la oposición popular.
Austria es uno de los países más contrario a las pretensiones del presidente español. Sin embargo, el presidente ha eludido tener un trato cercano con Sebastian Kurz, cabeza visible del Partido Popular de Austria y canciller del país desde 2017. Sánchez ha asistido a una reunión con Mark Rutte, primer ministro de Holanda, y con Stefan Löfven, presidente de Suecia. Y ambos han dejado claro al presidente del Gobierno que no apoyarán la idea de un fondo común que no esté sujeto a un crédito.
Löfven ha sido meridiano: “créditos, no subsidios. Esa es la posición sueca», ha asegurado este miércoles a pocos metros de Sánchez. Y Rutte directamente ha dicho al presidente del Gobierno de España que tiene que buscar una solución dentro del país. Lo cierto es que no hay apoyos suficientes, pues incluso Alemania, más proclive al diálogo, ha dado un toque al presidente y le ha asegurado que la situación, por el momento, no es propensa para llegar a un acuerdo. Pero lo más grave es que Sánchez parece haber tirado la toalla diplomática después del rechazo de los países que ha visitado estos días.
Los países que no quieren socializar la crisis son los llamados frugales. Y estos están liderados por Austria y Holanda, pero todos tienen claro que no van a apoyar una serie de ayudas para Italia y España a fondo perdido.
Sánchez no tiene intención de extender su actuación diplomática a otros países, al menos por el momento. Y durante los próximos días el presidente centrará su atención en Holanda y Suecia para tratar de ceder ante lo que considera indispensable para poder afrontar la crisis económica que golpea a España tras la pandemia. «Todos tendremos que hacer renuncias y ceder”, admitió el jefe del Ejecutivo. Pero lo cierto es que ni Rutte ni Löfven tienen intención de ceder lo más mínimo. Créditos, no subsidios.
El problema que afronta Sánchez es claro: España ya tiene una deuda que supera el 120% del Producto Interior Bruto (PIB), esto significa que si tiene que asumir más créditos de origen europeo, por muy bajos que sean, el país se endeudará aún más. Algunos economistas auguran que España será rescatada, una realidad, en caso de que España asuma un crédito procedente de la UE.
AUSTRIA HOSTIL
Si Rutte parece el mayor escollo para llegar a un acuerdo, es porque no se ha tenido en cuenta las declaraciones del Ejecutivo austríaco. El conservador Sebastian Kurz afirmó en una entrevista concedida al diario alemán Frankfurter Allgemeine que se planta. «No habrá una unión de la deuda con nosotros», dejó claro el presidente del país del este. Quizás por estas palabras y porque este viernes empieza la cumbre europea en la que se dirimirá el diseño del Fondo de Reconstrucción y cómo se concederán las ayudas, Sánchez ha evitado habñar con Kurz, pero lo cierto es que ha dejado a un lado a todos los países del este.
«Es bueno que en esta fase tan exigente un país fuerte como Alemania presida por turno la Unión, con una jefa de gobierno experimentada como Angela Merkel en la cima», aseguró Kurz. «Recientemente me contactó para hablar sobre el semestre de la presidencia alemana e hicimos una llamada telefónica muy detallada. Para mí es importante que nosotros, como Unión Europea, no solo superemos bien la crisis sanitaria, sino que también ganemos competitividad a largo plazo. No estábamos bien posicionados en muchas áreas antes de la pandemia, y tenemos que hacer todo lo posible para evitar quedarnos atrás. Pero no habrá entrada en una unión de la deuda con nosotros», ha asegurado en la entrevista al diario alemán Frankfurter Allgemeine. Pero competitividad a base de créditos.