«Cumple con su papel». Así defiende José Félix Tezanos cada nueva oleada del CIS. Quizás sea esta una de las instituciones públicas más cuestionadas por la sombra siempre presente de «la cocina». Da igual qué partido político se siente en la Moncloa: la oposición, si no le convece lo que dice de ella o de su posición frente a sus contrincantes, se la vilipendia y resta credibilidad. Especialmente combativo, Tezanos ha dado la, hasta ahora, mejor definición de las encuestas del CIS: «ha proporcionado a la opinión pública y a los profesionales información que sea viable«. No veraz, no fiable. Sino viable. Desde la óptica sociológica para su uso en Política y políticas. ¿Existe cocina en el CIS? ¿Ha acertado en alguna ocasión? Repasemos los hitos más polémicos para comprobar hasta qué punto existen indicios de manipulación o buen hacer.
5LA ÚLTIMA POLÉMICA: PODEMOS
Hoy se ha dado a conocer la última oleada del CIS sobre la intencionalidad de voto si mañana hubiera elecciones y todos los análisis se centran en el hecho de que se dé a Unidas Podemos una subida en votos y escaños, a pesar del conocido como efecto desgaste de la Moncloa y los resultados en Galicia y País Vasco. Más allá lo que ya hemos explicado, es un error caer en la interpretación nacional de unos resultados regionales, y más en dos de los territorios más particulares en cuanto a votos. De igual forma que es no podemos evaluar hechos históricos con el prisma del presente, no es «profesional» evaluar resultados territoriales en clave nacional. Y como decíamos al principio, la cocina existe: en el método, y en las preguntas.
