El Gobierno ha diseñado para homenajear a las víctimas de la pandemia de Covid-19 una ceremonia de Estado de carácter civil, para la que no hay precedentes, que estará presidida por el Rey y a la que asistirán un centenar de víctimas y familiares y alrededor de 300 invitados más, incluidos los poderes del Estado, las autoridades europeas y representantes de la sociedad civil.
Según han informado fuentes del Ejecutivo, los servicios de Presidencia y Vicepresidencia del Gobierno tenían el encargo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de preparar una ceremonia que sea una despedida a las víctimas, un reconocimiento a las profesiones que han estado trabajando en primera línea y a la vez una imagen de unidad de todo el Estado español, que simbolice la valentía con la que se ha afrontado la pandemia y la esperanza de futuro.
El acto se celebrará el jueves en la Plaza de la Armería, en el Palacio Real, un lugar elegido por su simbolismo y también para poder celebrar un homenaje con las garantías sanitarias que impone la ‘nueva normalidad’ del coronavirus. En pleno mes de julio en Madrid, será un acto breve que comenzará a las 9.00 horas de la mañana con solo tres intervenciones: el hermano de un fallecido en Madrid, una enfermera del hospital de la Vall d’Hebron de Barcelona y el Rey Felipe VI.
En la ceremonia participarán los Reyes y sus hijas, así como el Gobierno en pleno, todos los presidentes autonómicos, todos los poderes del Estado, el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y representantes de organizaciones internacionales: el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom; el de la OTAN, Jens Stoltenberg y el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili.
La UE estará representada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Consejo, Charles Michel; el del Parlamento, David Sassoli y el alto representante para la Política Exterior, Josep Borrell. Todas las autoridades extranjeras llegarán a Madrid el miércoles y el presidente del Gobierno, que valora mucho su presencia en esta cita, les ofrecerá en Moncloa una cena de trabajo.
La ceremonia estará presidida por la bandera de España, las de las 19 comunidades y ciudades autónomas y las de las instituciones internacionales. Los saludos y las despedidas se harán en todas las lenguas oficiales españolas y en las de la UE (inglés y francés). Están invitados todos los expresidentes del Gobierno y solo Felipe González ha comunicado que no puede asistir.
REPRESENTANTES RELIGIOSOS
Habrá también una docena de representantes de todas las confesiones, con lo que se pretende que el acto tenga cierto carácter ecuménico. El presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, no podrá asistir pero sí lo hará el vicepresidente Carlos Osoro, arzobispo de Madrid.
También están invitados todos los líderes políticos y los presidentes de los grupos parlamentarios, y solo Vox ha avanzado que no acudirá, una actitud que el Gobierno considera incomprensible y reprobable, dada la imagen de unidad en el dolor y en el homenaje que se quiere transmitir.
Con todo, alrededor de tres quintos de los invitados procederán de la sociedad civil. Para elegir a las víctimas y familiares a las que se ha invitado, el Ejecutivo ha pedido ayuda a las comunidades autónomas y a las delegaciones del Gobierno, de manera que asistirán unas cuatro personas por cada comunidad. Pero además, los organizadores han tratado de atender todas las peticiones que han llegado a Moncloa o al Palacio de la Zarzuela.
Además de los afectados y los familiares de víctimas, están invitados representantes de la sociedad civil: junto a organizaciones empresariales y sindicales estarán miembros de distintos colectivos que han combatido la pandemia y han prestado servicios esenciales: sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, Fuerzas Armadas, trabajadores del sector agroalimentario, de los servicios de limpieza urbanos, trabajadores de residencias de mayores, cajeros, reponedores, cocineros, científicos o trabajadores de los servicios de empleo. También representantes de empresas que han hecho contribuciones contra la pandemia.
COSTE DE 22.000 EUROS
Todo el acto ha tenido un coste de 22.000 euros, la mayor parte para sufragar el transporte y el alojamiento en hoteles de las personas que van a desplazarse a Madrid. El Gobierno prepara también otros homenajes y el Ministerio de Cultura convocará un concurso de ideas para instalar en Madrid, y posiblemente también en otras ciudades, un monumento que recuerde a las víctimas para siempre.
Además, el Consejo de Ministros concederá medallas al Mérito Civil a título póstumo a los profesionales que han muerto combatiendo la pandemia, en particular sanitarios y miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, un reconocimiento pormenorizado para el que también ha pedido listados a las comunidades autónomas.
La ceremonia, han dejado claro las fuentes consultadas, no entrará en cuántos han sido los fallecidos a causa del coronavirus, que es objeto de discusión política porque desde el punto de vista epidemiológico el Gobierno solo computa a los fallecidos con un test PCR, sino que será un homenaje para recordar a todos los que han muerto durante la pandemia.
CEREMONIA EN TORNO A UN PEBETERO
La ceremonia comenzará a las 9.00 horas con la llegada de la familia real a la Plaza de la Armería. En ese momento, la orquesta de RTVE interpretará el himno nacional y se encenderá un pebetero situado en el centro de la plaza, entre las cuatro farolas isabelinas. Todos los asientos estarán dispuestos en círculo en torno al pebetero, guardando la distancia de un metro y medio.
La familia real presidirá y estará flanqueada por las dos personas que hablarán en el homenaje y todo el primer círculo estará reservado a las autoridades. Las dos siguientes filas estarán reservadas a personas de la sociedad civil y a continuación se sentarán el resto de invitados.
Tras el himno nacional, hablará un familia de una víctima, un hombre que perdió a su hermano, periodista; después una enfermera del hospital Vall d’Hebron. Después, todas las autoridades se acercarán, una a una, a depositar una rosa blanca ante el pebetero, cada uno acompañado de una persona anónima. El primero será el Rey, que lo hará acompañado de las dos personas que han hablado.
Terminada la ofrenda floral, intervendrá el Rey. El acto concluirá con la lectura del poema ‘Silencio’, de Octavio Paz, que será una grabación a cargo del actor José Sacristán, que pretende también simbolizar la conexión con América, y con un minuto de silencio final.