Los principales dirigentes de Podemos han guardado silencio en las horas posteriores desde que se confirmara su debacle en las elecciones gallegas y vascas de este domingo, más allá de asumir, en palabras de su líder, el vicepresidente segundo del Gobierno Pablo Iglesias, una «derrota sin paliativos», y de emplazarse a realizar una «reflexión colectiva», con «autocrítica», pero sin concretar todavía en qué consistirá, ni las posibles causas del declive.
El llamado Consejo de Coordinación Estatal -que dirige los asuntos del día a día del partido-, no se ha reunido este lunes, según ha confirmado su portavoz, Isabel Serra, aunque sí tiene previsto verse esta semana, «en los próximos días», para comenzar esa tarea de análisis de las causas que han llevado al descalabro, y de «reflexión colectiva».
Eso sí, de momento descartan que la derrota tenga que ver con el liderazgo de Iglesias y su equipo de dirección, ya que, tal y como ha destacado Serra, este fue «revalidado» en la Tercera Asamblea Ciudadana Estatal de mayo, en la que Iglesias y sus más próximos colaboradores fueron reelegidos, con una de las participaciones más bajas de la historia de Podemos.
Además de las declaraciones de Serra de este lunes durante su participación en una protesta de sanitarios residentes, Iglesias reconoció en un mensaje en Twitter, poco después de confirmarse los malos resultados, que el espacio político de Unidas Podemos había sufrido «una derrota sin paliativos».
«Perdemos buena parte de nuestra representación en el Parlamento Vasco y quedamos fuera del Parlamento de Galicia. Nos toca hacer una profunda autocrítica y aprender de los errores que sin duda hemos cometido», apostilló.
A las 17.00 horas de este lunes, todavía no se había manifestado al respecto ninguno de sus más estrechos colaboradores, como la ministra de Igualdad y ‘número dos’ de Podemos, Irene Montero; el secretario de Comunicación, Juanma del Olmo; el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique; el presidente de Unidas Podemos, Jaume Asens; o el secretario de Sociedad Civil y coportavoz del partido junto a Serra, Rafa Mayoral.
Mientras la dirección se mantiene en posición de repliegue, y sin dar detalles, crecen las críticas por parte de algunos exdirigentes que ya han perdido sus puestos de responsabilidad, como es el caso del exsecretario general del partido en Aragón, Nacho Escartín, que no obstante sigue dentro de la dirección autonómica, o del ex líder en Madrid Ramón Espinar, que lleva desvinculado de Podemos desde hace un año.
También han aprovechado para alzar la voz antiguas figuras destacas de Podemos, ahora oficialmente fuera del partido, y en otros proyectos, como el líder de Más País y ex número dos, Íñigo Errejón, o los anticapitalistas, que abandonaron el partido en marzo.
Todos ellos coinciden en señalar como posibles factores del descalabro el excesivo centralismo del que, a su juicio, peca Podemos, la persecución al que opina diferente y a la crítica interna, o el abandono, a su parecer, de la apuesta por la plurinacionalidad.
EX LÍDERES AUTONÓMICOS PIDEN RESPONSABILIDADES
El más duro en sus críticas ha sido Espinar, quien ha culpado a la dirección estatal del batacazo, por haber convertido el partido «en un solar sin nadie que les moleste», con su «sectarismo» y su «endogamia»; por hacer una campaña «teledirigida desde Madrid», con una «agresividad indiscriminada» hacia los medios de comunicación; y por basar esa campaña en los pactos de gobierno, que sólo transmiten que «no hay proyecto más allá del reparto de poder.
Por su parte, el ex líder en Aragón, que sigue formando parte de la dirección autonómica, ha defendido que, además de hacer autocrítica, es preciso «asumir responsabilidades» y, sobre todo, «definir cómo evolucionar para no repetir errores». «Los espacios del cambio no sirven si se piensan solo como un lugar en el que unas personas dirigen y gestionan», ha asegurado Escartín.
Así, ha afirmado que «los liderazgos y el poder deben compartirse y distribuirse para favorecer la organización popular en todas partes», lo que pasa por «entender mejor y practicar, de verdad, el feminismo, la suma de diversidades, la búsqueda de mayorías» o «la singularidad territorial». Por ello, llama a la organización a «levantarse y remontar», con «audacia e inteligencia colectiva para la reconstrucción» de ese «frente amplio y popular».
A su vez, el ex secretario general en la Comunidad Valenciana, Antonio Estañ, publicó un tuit poco después de confirmarse el batacazo, afirmando: «Federalización (dentro y fuera) vs «partido único» (dentro y fuera)».
«CONSTRUIR PARTIDO», TAREA PENDIENTE SEGÚN MONEDERO
También desde dentro, el co fundador Juan Carlos Monedero ha señalado que aunque Podemos ha cambiado la política de este país, sigue sin dedicar el grueso de sus energías a lo que debe, que es, a su juicio, «construir partido».
Esta misma lectura es la que hizo desde Euskadi la coordinadora autonómica de Podemos en esta Comunidad y miembro de la Ejecutiva estatal, Pilar Garrido, quien reconoció que aunque han conseguido «grandes logros que vienen para quedarse» a nivel de políticas que «benefician a la gente», al mismo tiempo no han logrado todavía «crear una organización fuerte, estable, unida y arraigada» en pueblos y ciudades. «Y eso creemos que puede pasar factura ante los posibles votantes», admitió.
ERREJÓN Y LOS ANTICAPITALISTAS SEÑALAN LOS ERRORES, DESDE FUERA
Ya desde fuera, ex dirigentes destacados como el también co fundador Íñigo Errejón han señalado como posible causa la estrategia seguida por Iglesias y los suyos de conformar las confluencias en base a alianzas de las fuerzas de izquierdas, en lugar de profundizar en el carácter populista y transversal que el ex número dos de Podemos siempre defendió, y que le enfrentó al secretario general.
De hecho, el ahora líder de Más País ha asegurado que ese Podemos que crearon en 2014 «ya no existe». «Existe una cosa que se llama UP y que tiene los resultados de siempre de IU», ha afirmado en un mensaje en Twitter. «Hoy hay que pensar más allá de una cosa que se llama distinto y que ha vuelto al lugar y la representatividad de IU», ha añadido en otro.
Es decir, según Errejón, lo que hacía falta «no era ‘unir a la izquierda’, sino un objetivo «más ambicioso: construir pueblo». «La alternativa popular será confederal y plurinacional o no será», ha afirmado en el primer mensaje que ha publicado, a modo de análisis «a vuelapluma» de los malos resultados electorales para Unidas Podemos.
El sector de los Anticapitalistas, que en marzo se escindieron de Podemos por no compartir, entre otras cosas, su alianza con el PSOE en el Gobierno central, han señalado como causa precisamente ese rol «subalterno» respecto a los socialistas que achacan a Podemos.
«La estrategia ha sido la de ofrecerse como bisagra de gobiernos con el PSOE y con BNG y Bildu. Y cuando se hace eso la gente suele preferir votar a los grandes antes que a los subalternos», ha manifestado el dirigente anticapitalista Raúl Camargo.
Según el ex diputado madrileño, «las crisis internas y el vaciamiento militante también han influido pero las caídas en votos son una tendencia del espacio UP en cada elección» y tiene que ver, a su parecer, con que «gobernar con los social liberales pasa factura».
«No nos engañemos: la situación para las izquierdas alternativas a escala estatal es muy difícil: hay mucha decepción acumulada y una pasivizacion creciente. Pero toca apelar al optimismo de la voluntad. Seguimos necesitando un proyecto alternativo al neoliberalismo progresista», defiende, en alusión al proyecto que están preparando los anticapitalistas, tras abandonar Podemos.