Lo sabemos. La mascarilla es un complemento imprescindible, indispensable y necesario este verano. Y no podemos prescindir de él mientras no podamos garantizar los casi dos metros y medio de distancia de seguridad entre el resto de las personas. La vuelta a «nueva normalidad» es lo que tiene, cosas y cambios nuevos, inesperados, y el hecho vivir en una incertidumbre a que el virus rebrote e irrumpa sin saber de qué forma en nuestras vidas.
Y entre esos cambios está el de llevar siempre y en casi todo lugar la mascarilla. Un accesorio que ya puedes encontrarlo de varios colores, tamaños, diseños y características diferentes, sí, pero no que por ello signifique que continúe siendo molesta e incómoda de llevar, sobre todo si en la calle hace 40 grados.
4Intenta prevenir el sobrecalentamiento
El uso de una mascarilla sobre la boca y la nariz puede dificultar la respiración, especialmente para personas con afecciones existentes, como asma, claustrofobia o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). En climas cálidos, eso podría provocar dificultad para respirar y permitir que el calor se acumule en el cuerpo, lo que provocaría enfermedades como agotamiento por calor o insolación. Para mantenerte fresco mientras usas la mascarilla, evita estar al sol durante mucho tiempo y mantente hidratado,y bebe más agua de la habitual para compensar el aumento de la sudoración.