Lo sabemos. La mascarilla es un complemento imprescindible, indispensable y necesario este verano. Y no podemos prescindir de él mientras no podamos garantizar los casi dos metros y medio de distancia de seguridad entre el resto de las personas. La vuelta a «nueva normalidad» es lo que tiene, cosas y cambios nuevos, inesperados, y el hecho vivir en una incertidumbre a que el virus rebrote e irrumpa sin saber de qué forma en nuestras vidas.
Y entre esos cambios está el de llevar siempre y en casi todo lugar la mascarilla. Un accesorio que ya puedes encontrarlo de varios colores, tamaños, diseños y características diferentes, sí, pero no que por ello signifique que continúe siendo molesta e incómoda de llevar, sobre todo si en la calle hace 40 grados.
3Usa y combina varias mascarillas a la vez
Si sabes que vas a estar en un lugar público durante un período prolongado de tiempo, considera llevar máscaras adicionales para que puedas cambiártelas por una limpia según sea necesario. El sudor y la humedad de tu aliento pueden humedecer la tela de la máscara, haciéndola menos efectiva para filtrar partículas en el aire. Cámbiala si notas que la tela está húmeda o mojada, pero recuerda hacerlo lejos de otras personas y lávate las manos antes y después de reemplazarla.
