sábado, 23 noviembre 2024

El tándem Iglesias-Dina Bousselham dobla el brazo a la Guardia Civil

  • La estrategia emprendida por Podemos y La última hora se ha saldado con éxito.
  • El periódico digital señaló a Miguel Frontera y Cristina Gómez como cabecillas de las caceroladas.
  • Y apuntó a la Guardia Civil por su supuesta pasividad frente al chalet de Iglesias.
  • La pieza relacionada con el robo del móvil a Dina Bousselham en 2015 está incomodando a Pablo Iglesias tras conocerse que él tuvo la tarjeta de memoria antes de que se la encontraran a José Manuel Villarejo y que su abogada recibía filtraciones de la Fiscalía.

    Sea como fuere, estos problemas judiciales no acabará con el ‘pacto de sangre’ vigente entre Iglesias y Bousselham, que están venciendo batallas mediáticas gracias al digital promocionado por Podemos, La última hora.

    IGLESIAS SE HARTA

    Pablo Iglesias se compró un polémico chalet para alejarse de la muchedumbre y la prensa, pero en las últimas semanas la puerta de su casa se había convertido en un circo gracias a la sorprendente pasividad de la Guardia Civil ante las manifestaciones ilegales convocadas en Galapagar.

    El vicepresidente segundo del Gobierno pidió ayuda en varias ocasiones al Ministerio del Interior, que sorprendentemente parecía despreocupado con una batalla diaria que molestaba a los tres hijos de Irene Montero y Pablo Iglesias y a todo el vecindario.

    TRIUNFO

    El Ministerio del Interior ha blindado la urbanización de Iglesias, que tuvo que diseñar una estrategia junto al digital La última hora que dirige su exasesora Dina Bousselham desde que naciera hace dos meses.

    Al digital favorito del vicepresidente segundo, que llegó a amenazar veladamente a los políticos del PP y Vox con alentar escraches a las puertas de las viviendas de Pablo Casado o Santiago Abascal, le ha resultado efectivo señalar a algunos de los cabecillas de las algaradas.

    Miguel Frontera, propietario del bar de copa ElVeinti7, no tiene ganas de molestar a Iglesias porque bastante tiene con la cantidad de simpatizantes morados que están destrozando la reputación digital de su negocio.

    LA ÚLTIMA HORA SE MOJÓ

    Decía hace unas semanas La última hora que «el acoso al que están sometidos Pablo Iglesias e Irene Montero no tiene precedentes en nuestro periodo democrático y llama la atención, como se ha demostrado en decenas de vídeos, la pasividad de la Guardia Civil que está en las inmediaciones del domicilio».

    Iglesias
    Iglesias

    El digital aseguraba que el organizador era un «activista de ultraderecha, simpatizante y votante de Vox, que acude cada tarde con un vehículo cargado con banderas, cacerolas, varios carteles donde se puede leer: Pablo Iglesias, hijo de terrorista».

    El diario dirigido por Bousselham recordaba que Miguel Frontera «no es vecino de la zona» y «acude cada tarde con su vehículo». El empresario, según el citado medio, «es una persona muy activa en política y no oculta su odio hacia los colectivos que considera contrarios a sus ideas».

    Y aseguraban que este señor «agita el odio e insulta a políticos destacados del PSOE, como al presidente del Gobierno y al ministro Ábalos, y en algunas publicaciones llega a llamarlos ‘asesinos’ e ‘hijos de puta'».

    OTRA ‘HAZAÑA’ DEL MEDIO FAVORITO DE IGLESIAS

    La última hora señaló a la Guardia Civil, que con toda lógica no ha tenido más remedio que blindar la urbanización de dos miembros del Gobierno; a Miguel Frontera; y también a la concejala de Vox en Galapagar, Cristina Gómez.

    El digital ha denunciado los tuits nauseabundos de Gómez, que ha sido expedientada por Vox tras ser señalada por el entorno de Podemos, y recordó hace unos días que «Cristina Gómez Carvajal es una asidua de las manifestaciones ilegales que cada día sufren Pablo Iglesias e Irene Montero y sus vecinos».

    Eso sí, el medio afín a Podemos recuerda que «Vox anunció la apertura de un expediente de expulsión que está en trámite, aunque en ningún momento la militante ultraderechista haya anunciado que vaya a entregar el acta de concejala y dimitir de su escaño en el Ayuntamiento de Galapagar».