Con el verano encima parece que llegamos un poco tarde al tema de las dietas ¿no? Pues no, nunca es tarde si la dicha es buena. Y es cierto que si vamos a empezar ahora nuestro tipo no será el ideal, pero que algo mejor estaremos también. Lo que es ideal es que demos con la dieta ideal, esa que va con nuestra forma de ser – y comer – para que no nos cueste la vida y consigamos ser constantes. ¿Has oído hablar de la dieta flexible? Si eres de los que no puede prescindir de la carne, esta es tu dieta. Te contamos a continuación en qué consiste.
2El compromiso con el plan
La mayoría de los nutricionistas se centran en elaborar un programado plan o dieta, más o menos estricto según el cuerpo y el objetivo de la persona que acude a su consulta. Pero, apenas varía de unas personas a otras. Varía probablemente la cantidad de alimentos que pueden ingerir al día (las famosas calorías) y la duración de la dieta, teniendo en cuenta si tenemos más o menos kilos que perder. Sin embargo, no tienen en cuenta lo más importante. Cada persona es un mundo, y tiene unos gustos y hábitos diferentes. Así, para unos llevar una dieta a base de fruta y verdura será estupendo pues les gusta y forma parte de su hábito, pero para otros eso será un verdadero suplicio y en consecuencia, un absoluto fracaso. La dieta flexible, no elimina lo que te gusta de tu dieta, porque sabe que de ello depende el éxito de que la sigas o no. Tienes que estar comprometido con el plan.
