Varios medios alertan de que China está obligando a miles de mujeres musulmanas a adoptar medidas de control de natalidad como abortar o esterilizarse, con la intención de reducir las minorías étnicas que viven en el país, objetivo que el Gobierno comunista persigue desde hace años.
«Es genocidio … genocidio lento, doloroso y lento», explica la experta Smith Finley, de la Universidad de Newcastle. Muchas de las personas afectadas por este terrible plan pertenecen al grupo étnico de los Uigures, chinos musulmanes que viven mayoritariamente al noroeste del país.
Un nuevo estudio de Associated Press explica que el régimen de Xi Jinping está tratando de reducir con medidas de este tipo la reproducción de los musulmanes chinos. Paralelamente, China está adoptando medidas para favorecer la natalidad de la etnia Han, el grupo mayoritario del país.
Por otro lado, el experto Adrian Zenz alerta, en la misma dirección, de que «la situación en Xinjiang se ha vuelto especialmente severa luego de una política de internamiento masivo iniciada a principios de 2017 por el Partido Comunista Chino (PCCh)».
Se refiere a los campos de reeducación a los que China envía a miembros de estas etnias minoritarias. El Gobierno asiático los define como «centros de formación profesional», pero estos complejos vienen provocando preocupación a nivel internacional desde hace tiempo, al haberse reportado desapariciones de personas en ellos.
CHINA LES APLICA DIU O ESTERILIZACIONES
«Para 2019, Xinjiang planeó someter al menos al 80 por ciento de las mujeres en edad fértil a cirugías intrusivas de prevención de nacimientos: DIU o esterilizaciones. Las medidas draconianas que imponen métodos anticonceptivos quirúrgicos permiten al estado aumentar o disminuir el crecimiento de la población minoritaria a voluntad, como abrir o cerrar un grifo», explica Zenz.
Además, «las autoridades regionales fomentan activamente los matrimonios interétnicos para diluir la identidad cultural uigur y promover la asimilación en la ‘raza de la nación china'», recoge The Sun.
Según declaraciones de varias mujeres chinas, el Gobierno castiga a los que se salten las restricciones de natalidad con el internamiento en estos centros, donde les ejercen maltratos y les obligan a abortar, entre otras cosas. En 2014, se insertaron poco más de 200,000 DIU en Xinjiang. Para 2018, la cifra aumentó más del 60 por ciento, hasta llegar a casi 330,000 DIU.
