Antes de casarnos, nos hacemos muchas preguntas. Lo mismo sucede, por supuesto, antes de solicitar el divorcio. Pero, si se acabó el amor, es la mejor decisión que podemos tomar. En ningún caso, como la sociedad tiende a pensar, se trata de un fracaso. Siempre debemos tomarlo como una experiencia más sobre la que, eso sí, debemos reflexionar. Una vez dado el paso, este será definitivo. Es un buen consejo ya que, llega un punto de la relación, en el que las personas estamos tan estresadas que no tenemos ganas ni humor para pararnos a pensar.
Para no cometer un error en el proceso y ser fieles en todo momento a nuestros pensamientos y sentimientos, debemos analizar todas las caras de la moneda. Es decir, es necesario saber hacernos a nosotros mismos las preguntas correctas antes de dar el paso y ponernos en contacto con un abogado que se encargue del tema de los papeles y la legalidad.
Antes de decidirnos, es bueno pasar un rato, unos días e incluso unos meses, pensando en si es o no el camino correcto. ¿Se acabó el amor? Descubre las claves para saber si la mejor decisión es el divorcio.
Poner las cartas sobre la mesa antes de pedir el divorcio
Antes de dar el paso definitivo de pedir el divorcio, es bueno hablar las cosas en el interior de la pareja para saber el punto de vista de cada uno. Aunque puede que tú ya pienses que has hablado con la otra parte, algo muy probable es que esa persona no haya querido escuchar lo que has estado diciendo. Mientras tú hablas, es probable que tu pareja solo piense en qué va a responder, por lo que no está analizando en realidad tus palabras.
Este punto es importante. Debes saber analizar, además, si tu cónyuge ya no te considera su prioridad o prefiere pasar cada vez menos tiempo contigo. Cuando llega el punto en el que este comportamiento es normal, no parece haber marcha atrás, pues este no cambiará a no ser que lo hables de forma seria y lleguéis a un punto en común.
Por eso, antes de tomar la decisión, una buena idea es estar seguro de que has hecho todo lo posible para hablar de forma honesta con tu pareja y expresar tus sentimientos y punto de vista. En el caso de que el divorcio, finalmente, se de, el haber hablado de forma clara contribuirá a que las cosas sean más sencillas.
Analiza tu relación para saber si se acabó el amor
En muchas ocasiones, el problema se da cuando no sabemos cómo espera nuestra pareja que nos comportemos dentro del matrimonio. Puede ser una comparación constante y, antes de terminar en divorcio, es bueno hablarlo por si hubiera una posible solución. Puede haber opiniones dispares sobre muchas cosas: quién se encarga de las finanzas, cómo hacerlo, etc.
Otro motivo que debemos analizar es si se ha terminado o no el amor dentro de la pareja. De hecho, aunque la respuesta que te venga a la mente sea que no, puede que el divorcio siga siendo el camino indicado. El amor no lo es todo y hay muchas razones para continuar con la decisión, sobre todo si no te sientes a gusto en tu matrimonio.
Aunque no podamos convivir o seguir casados con una persona, es difícil cambiar nuestras emociones, que no desaparecen de un día para otro. Cuando una situación de separación es estresante o traumática, en ocasiones, se debe a que una de las partes aún sigue sintiendo algo por la otra persona. Por eso nos sentimos mal o faltos de amor.
¿Piensas que hay algún modo de salvar el matrimonio o la única opción es el divorcio?
Cuando aún seguimos sintiendo amor por nuestra pareja pero no nos sentimos cómodos o a gusto en la relación debido a que no es como esperábamos, puede que exista una vía de escape antes de decidir dar el paso de optar por el divorcio.
Una idea puede ser analizar todo aquello que sentimos y que se nos viene a la mente. Para hacerlo, podemos emplear un método tradicional que funciona a buena parte de la población que lo ha puesto en práctica. En una hoja de papel en blanco, podemos ir apuntando una lista de motivos que te animan a salvar tu matrimonio, en caso de que desees darle una oportunidad.
En otro papel, puedes ir apuntando aquello que necesitas que haga tu cónyuge para encontrar un punto en común. Además, un buen consejo es que tu pareja haga el mismo ejercicio. Así, podremos saber de primera mano, intercambiando más tarde la información, todo aquello que nuestra pareja espera de nosotros, y viceversa. Puede que, entre todas esas palabras, encontremos aquello que conseguirá salvar nuestra pareja del divorcio.
¿Ya no eres feliz con tu pareja?
Esta es una de las cuestiones más importantes y una de las claves a las que más miedo nos puede dar enfrentarnos. Hay que ser valiente y realista para hacernos la pregunta de si somos felices con nuestra pareja. Es decir, si estamos consiguiendo de la relación aquello que esperábamos y si esto compensa todo lo que hemos dejado por el camino.
En ocasiones, puede suceder que tu cónyuge ya no te interese de forma sexual tanto como al principio o tanto como te gustaría. Sin embargo, otras de sus habilidades te pueden resultar fascinantes. Por ejemplo, cómo es con los niños, en caso de que existan, su personalidad, si es detallista, etc.
Debemos tener claro si las cosas buenas que vemos o sentimos compensan a las negativas. Tener las ideas claras y sabiendo identificar qué es lo más importante en cada momento de tu vida te ayudará a la hora de tomar una decisión: seguir adelante o solicitar el divorcio.
Pros y contras del divorcio: ¿Te da miedo terminar con el amor?
Una de las claves a tener en cuenta a la hora de pensar en el divorcio es si nos da miedo o no volver de nuevo al estado de soltería. Muchas veces, esto es lo que nos frena a la hora de tomar la decisión. Ese miedo es el que debemos desterrar de nuestra vida. Comprenderlo será de gran ayuda en el momento de dar o no el paso.
Otra de las cosas a las que nos enfrentamos es ese miedo al fracaso que nos han inculcado si no estamos con nuestra pareja el resto de nuestros días. Para superar esto, es bueno sacar todo lo bueno de la relación y no pensar en todo aquello que pudo ser un error. Aprender de lo vivido será la base para continuar con nuestras vidas.
Concéntrate, en todo momento, en las cosas que hiciste bien. Estar en paz con uno mismo conseguirá que nos empoderemos y no tengamos miedo a optar por el divorcio. De todos modos, somos nosotros mismos la persona con la que terminaremos nuestros días.