SEO/BirdLife ha lanzado una aplicación móvil para registrar y contabilizar los lugares de nidificación de especies de aves como vencejos, aviones, golondrinas, cernícalos, cigüeñas en edificios y otras infraestructuras, con el objetivo de proteger a estas especies de la destrucción de los nidos y la desaparición de sus lugares de cría.
La iniciativa forma parte del proyecto SOS Nidos de la ONG que invita a los ciudadanos a registrar y comunicar los nidos y dormideros de los barrios y los pueblos.
El proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica. El coordinador del área de ciencia ciudadana de SEO/BirdLife, Juan Carlos del Moral, ha explicado que la aplicación tiene un manejo «muy sencillo», que permitirá a voluntarios a registrar nidos o colonias de cría y que, con el tiempo, ayudará a proteger a las especies de fauna que habitan edificios e infraestructuras gracias a la mejora del conocimiento de sus lugares de nidificación.
«Los datos de los censos urbanos serán de acceso libre para las administraciones públicas y, en su caso, para los propietarios, arquitectos y técnicos involucrados en los procesos de construcción o reforma de edificios y por ello se espera que con el tiempo se convierta en una herramienta de gran utilidad para la protección de las especies que habitan en los entornos urbanos», apunta la responsable del programa de Biodiversdiad Urbana de SEO/BirdLife, Beatriz Sánchez.
Casi todas las aves migradoras regresan a sus mismos lugares de cría cada primavera, tras pasar el invierno en latitudes más cálidas. Muestran una gran fidelidad a sus lugares de cría y la construcción de los nidos supone un gran esfuerzo para ellas, por lo que la reutilización de los mismos nidos año tras año supone un gran ahorro energético que favorece su productividad.
En el caso concreto de las golondrinas, aviones, vencejos y cernícalos primilla, la destrucción o desaparición de sus lugares de cría es reconocido como uno de sus factores de amenaza por los expertos.
Dañar o destruir los nidos, aun estando vacíos, así como dañar, molestar o inquietar intencionadamente a las aves para impedir su reproducción es ilegal y puede constituir un delito contra la fauna castigado con hasta dos años de prisión y con multas de entre 3.001 y 200.000 euros.