Uno de los servicios más demandados en todo el mundo a día de hoy es la compañía de lujo. A las llamadas escort no les falta trabajo y, algunas de ellas, llegan a cobrar cifras realmente millonarias. Su precio es aquel que esté dispuesto a pagar el cliente. El sexo siempre ha estado relacionado con el placer, y hay personas que están dispuestas a hacer lo que sea por disfrutar de la mejor y más exquisita experiencia. Debido a ello, cada vez son más las y los profesionales que deciden apostar por él.
Existe un enorme negocio en torno a este tipo de prácticas. Uno de los más extendidos es el de la prostitución, que ya está considerada como una de las profesiones más antiguas de la historia. De hecho, debido a su auge, en muchos países ya es completamente legal. A pesar de ello, en otros sigue estando prohibida, perseguida y bastante mal vista. La estigmatización hace mella en el negocio, pero no por ello este deja de existir.
Sin embargo, existe otra rama dedicada a la exclusividad que se aleja de lo que consideramos como prostitución para dar lugar a experiencias más lujosas. Descubre qué ocurre cuando ir solo es aburrido y, con una escort de lujo, atrevido.
La prostitución, la profesión más antigua del mundo
Se define prostitución como un intercambio de favores sexuales a cambio de bienes, que suelen ser dinero. Esta se lleva practicando desde la antigüedad, por lo que se ha ganado el sobrenombre de la profesión más antigua del mundo. Ya en Mesopotamia, los sacerdotes mantenían relaciones con prostitutas. También en la antigua Grecia eran legales los burdeles. Además, se empleaban para atender a líderes políticos y hombres privilegiados.
En la antigua Roma, también era una profesión común. Además, en su mayor parte el negocio consistía en comerciar con las mujeres. En la Edad Media y el siglo XIX, no era nada extraño. Los burdeles también se consideraban legales en gran parte de Europa y aportaban buena parte de lo ingresos fiscales.
A pesar de ello, el estigma sobre la prostitución ha estado siempre presente. De hecho, aún sigue existiendo. Por este motivo, las prostitutas han ido evolucionando y escalando hasta llegar a diversos estatus como el de la escort de lujo, una profesión mucho más exclusiva dedicada a clientes de la clase alta que cuentan con mucho dinero.
No es lo mismo ser escort que prostituta
De forma normal, cuando pensamos en las prostitutas, nos viene a la mente una imagen de precariedad. De forma histórica, esta práctica ha estado muy ligada a la pobreza y relacionada de forma casi directa con las personas más vulnerables de las sociedades. Como hemos visto, incluso desde la antigua Roma se ha visto ligada a la esclavitud de las mujeres.
Es por eso que se quisieron cambiar las cosas y conceptos relacionados. La idea de la escort pretende romper con estos prejuicios y creencias ancestrales tanto para las trabajadoras como los trabajadores sexuales. Cuando nos referimos a una escort, el concepto va asociado con una persona de mucha belleza, clase y estudios que ofrecen conversación a sus clientes y hacen las veces de acompañantes a eventos importantes. No se limita al acto sexual, sino que se experimenta algo parecido a una relación de pareja real.
A pesar de los esfuerzos, no todo el mundo tiene claro en qué se diferencian de las prostitutas, ya que los servicios ofrecidos son muy similares. A pesar de ello, las diferencias existen. Las primeras cobran más y el sexo es un acto que va acompañado de otros productos más exclusivos. Además, sus clientes suelen tener dinero, sean hombres como mujeres, y suelen pertenecer a la clase alta o incluirse dentro del grupo de empresarios de prestigio y renombre.
Principal diferencia entre una escort y una prostituta
La diferencia entre ambas profesiones radica, por tanto, en que una escort también ofrece servicios de acompañante. Por eso, decantarse por ella es algo más atrevido, ya que se presentará en sociedad de forma común y pública. Es decir, acudirán a eventos junto a sus clientes como si de su pareja se tratara. Los servicios, asimismo, no son de un par de horas, sino de noches, días e incluso semanas completas.
Existen varias ocasiones en las que la escort viaja junto a sus clientes durante días, incluso sin llegar a tener relaciones sexuales en ningún momento. Se trata, más bien, de una compañía remunerada. Por eso los servicios son más caros que en el caso de las prostitutas que todos conocemos.
Esto cambia el concepto que se tiene de forma tradicional sobre la prostitución. La forma de relacionarse con el estigma asociado a la profesión también es diferente. Una escort aparece de forma pública, por lo que da la cara. Los clientes, aunque muchos cuentan con mujeres o novias, van acompañados de ellas a eventos importantes, pues en determinados escalones de la sociedad, no está tan mal visto como pudiéramos pensar.
El servicio de una escort al descubierto
En el caso de que el cliente desee contratar los servicios de una escort, se suele recurrir, en la actualidad, a páginas de contactos presentes en Internet. Aquí la imagen que se pretende dar es la más pulcra posible. El objetivo es que se consiga atraer a hombres y mujeres de alto poder adquisitivo dispuestos a pagar lo que sea necesario. En otras palabras, las escorts también son conocidas como prostitutas de lujo o de alto standing. En el caso de las tradicionales, se suelen trasladar al hogar del cliente o en otros lugares como la calle, los clubes o las carreteras.
Con la llegada de la defensa de los derechos humanos y la abolición de toda práctica de esclavitud, estos servicios quedaron aún más marcados. No solo las prostitutas son señaladas, sino también los clientes que recurren a sus servicios. Es por eso que se ha intentado cambiar el concepto durante muchos años y volverlo aún más atrevido. Disfrutar de una velada en solitario puede llegar a ser aburrido. Sin embargo, ir acompañado de alguien que tenga buena presencia y larga conversación, se convierte en algo atrevido, mucho más si su compañía es pagada.
Al ser caras y refinadas, las escort han conseguido funcionar de escudo para defenderse del estigma de la prostitución. No obstante, han conseguido, con su forma de trabajar, acrecentar la mala fama de la prostitución y blanquear su profesión hasta convertirlo en algo aspiracional, tanto para quienes desean unirse a ella como para los clientes.