El ministro de Transportes no deja de copar los titulares de algunos medios por asuntos alejados de sus competencias. Sin embargo, mientras la oposición y otros partidos se centran en destacar a José Luis Ábalos por otros asuntos, el ministro no ha dejado sus funciones aparcadas y los temas que le competen no se han congelado ni siquiera en pleno confinamiento. El ministro socialista ha puesto al servicio de los ciudadanos varios tramos de autovías en junio mientras coordinaba a nivel nacional la desescalada, especialmente desde los aeropuertos, que retomarán su actividad a lo largo de este mes. Y al mismo tiempo, Ábalos ha metido mano en un asunto plagado de irregularidades: la concesión de la AP-6 a Abertis (antes Iberpistas). Una labor que no ha dejado de lado y pero que nadie del Gobierno ha resaltado.
Solo en junio, Transportes ha reactivado dos tramos de autovía en España. Un nuevo tramo de 12,8 kilómetros de la A-11, en Soria, y la ampliación entre la autopista y la autovía A-1 en Armiñón, en la provincia de Álava. Puede parecer baladí, pero en ambos casos la presencia y el trabajo de Transportes ha sido clave para reactivar estos tramos. Pues parece que Ábalos se acuerda de regiones menos transitadas como Soria a pesar de que la oposición le reproche otros asuntos en el Congreso.
Al mismo tiempo, Transportes, bajo el mando del ministro Ábalos, ha metido mano y puesto orden en un asunto complejo plagado de irregularidades: la concesión del peaje de la AP-6. La polémica concesión a Iberpistas (ahora Abertis) de la AP-6 ya tiene horizonte. Gracias a Ábalos, el 18 de noviembre de 2029 se acabará una concesión que se alargó de forma ilegal en el tiempo tras un polémico acuerdo entre el Ejecutivo del expresidente del Gobierno José María Aznar e Iberpistas.
El ministro parece haber atendido a la perseverancia de Comisiones Obreras de Ávila y de la Asociación Ecologista Centaurea y ha puesto coto a un negocio muy lucrativo de Iberpistas que solo en 2016 le dio más de 65 millones de euros. Y aunque la fecha acordada no es como debería haber sido (ya que no se puede alargar una concesión de un peaje durante más de 50 años), al menos Iberpistas ya tiene fecha límite para la dicha concesión.
A todo esto hay que sumarle el trabajo en los aeropuertos en plena desescalada. España afronta un verano incierto por las consecuencias de la pandemia. Y mientras los sectores que dependen del turismo (como los taxistas, los hoteles, los bares y restaurantes o las empresas de alquiler de vehículos) están pendientes de si vendrá turismo procedente de Europa, Ábalos coordina una desescalada compleja desde los aeropuertos.
Por lo pronto, el próximo 1 de julio Aena abrirá la T1 del aeropuerto de Barajas, parte de la espada de Barcelona-ElPrat y nuevos espacios en el de Palma de Mallorca. Y al mismo tiempo, estas partes reabiertas que buscan la reactivación del turismo contarán con controles de todo tipo para evitar rebrotes y casos importados de coronavirus para ayudar a la economía turística del país, que no olvidemos que supone alrededor de un 13% del producto interior bruto nacional.
De hecho, mientras otros miembros del Congreso como el líder de Vox, Santiago Abascal, se dedican a resaltar otros asuntos y a exigir que se hagan controles de drogas en el Congreso, Ábalos ha acudido directamente al aeropuerto coordinado junto al Ministerio de Sanidad para buscar el mejor modo de recuperar la actividad normal en los aeropuertos garantizando que no vuelvan a sucederse cientos de contagios.
Esta tarde he supervisado las medidas de prevención y control de @aena y @sanidadgob para la normalización de la actividad en los aeropuertos españoles.
Se trata de una serie de protocolos de seguridad para que los pasajeros viajen seguros a través de nuestros aeropuertos. pic.twitter.com/ccQzfglzQt
— José Luis Ábalos (@abalosmeco) June 11, 2020
