El Gobierno quiere animar a los españoles a comprarse un coche nuevo concediendo ayudas por valor de 350 millones de euros. El sector de la automoción representa el 10% del PIB de España. Y con la crisis, el presidente del Gobierno teme que las ventas de las marcas de coches caigan en picado. Es por eso que el Ejecutivo ha aprovechado la coyuntura para matar dos pájaros de un tiro: por un lado, consigue incentivar la compra de vehículos y salva de la quiebra a un sector fundamental para la economía española; y por otro, ahonda en su plan verde para reducir la emisión de gases contaminantes. Dará ayudas de entre 400 y 4.000 euros a cada español o española que quiera comprarse un coche. Cuanto menos contaminante sea el vehículo, más dinero dará. Sin embargo, hay una clave en la letra pequeña: será obligatorio desguazar un coche de más de 10 años.
Todo este dinero saldrá de las arcas europeas y buscará no derrumbar la economía española, ya que el sector de la automoción es fundamental para el país. La clave estará en averiguar si, como pasaba en el conocido plan Pive, Hacienda extenderá su mano para cobrar lo que es suyo y hará que ese «incentivo» pierda validez. En cualquier caso, comprar coches eléctricos o híbridos se premiará y se ayudará con un plus de hasta 4.000 euros que tendrá que ser igualado por la propia marca de coches, algo que puede dejar ofertas interesantes. Ahora bien, siempre que quien entregue a cambio un coche de más de diez años de antigüedad acabe desguazado.
“Mitigar las enormes consecuencias en 2020 causadas por la covid mientras miramos hacia el futuro”, ha asegurado el presidente del Gobierno esta semana mientras anunciaba su plan de ayuda al sector de la automoción. No hay que olvidar que ya Nissan ha dado un importante golpe a la economía española cerrando su fábrica de Barcelona. Y paara evitar situaciones similares, el Gobierno se ha reservado 350 millones de euros que quieren motivar a los españoles a comprar coches, eso sí, que no sean contaminantes.
Estas ayudas se dividen en dos bloques: una, la más importante, es la que irá directamente destinada a los vehículos eléctricos y la infraestructura de recarga, pues no hay que olvidar que uno de los problemas del vehículo eléctrico es la falta de electrolineras. Solo para esto, el presidente del Gobierno destinará 100 millones de euros. La segunda la ha acatado el Ejecutivo a regañadientes porque es una petición del sector, que solicita no dejar sin ayudas a los vehículos de combustión (gasolina y diésel) porque siguen siendo una parte fundamental de sus ventas, y consiste en conceder 250 millones al Plan Renove para incentivar la venta de estos coches. Luego hay otros 20 millones que intentarán incentivar la compra de camiones.
EL GOBIERNO CHATARRERO
El Gobierno entiende que el promedio de antigüedad de los vehículos en España es de 13 años. Las normativas sobre emisiones han cambiado mucho en ese tiempo, y un coche diésel de ahora contamina menos que uno de hace diez años. Es por eso que este criterio que exige desguazar los coches con más de una década ha motivado las ayudas del Gobierno.
Sin embargo, hay quejas en torno a esto, ya que pese a que las mayores ayudas se concedan a vehículos eléctricos, España no tiene una infraestructura preparada para tener la autonomía que sí ofrecen los de combustión, especialmente en las zonas rurales, que no tienen un punto de recarga en cientos de kilómetros a la redonda. No hay electrolineras y el propio director de la DGT, Pere Navarro, lo reconocía en un desayuno informativo hace unos meses.
Si alguien quiere beneficiarse de las ayudas del Gobierno y tiene un coche anterior al 2010 que quiera entregar, acabará en desguaces La Torre o algún sitio similar. El plan verde del Gobierno es una realidad y las ayudas están condicionadas por él. Hay que despedirse de los coches diésel y dar la bienvenida a los eléctricos en un entorno nacional que no está aún preparado para abastecer las necesidades de este tipo de vehículos.