Casi siempre las palabras elegidas para denominar las cosas tienen un significado en sí mismas. Eso es lo que pasa por ejemplo con la famosa «nueva normalidad». Si a partir del 21 de junio, fuésemos a volver a nuestras vidas tal y como las dejamos antes del estado de alarma, nadie se habría molestado en poner el adjetivo «nueva» a dicha normalidad. Pero, no, no vamos a volver a aquella normalidad, sino que nos adentraremos en una nueva normalidad en la que habrá más restricciones y control que antes, pero a la que -si nadie lo remedia- tendremos que adaptarnos progresivamente.
4La vida escolar
Tampoco está claro todavía cómo será la vuelta al colegio en la «nueva normalidad». Lo que es una realidad es que este curso escolar se da por terminado. Los estudiantes no volverán a las aulas más que para hacer las pruebas de selectividad. A partir de septiembre y según la evolución de la pandemia, los colegios tendrán que adaptar las aulas y los procesos de entrada y salida a los centros para evitar aglomeraciones. En este sentido, parece que todavía no está claro si los alumnos tendrán que guardar la distancia de seguridad en las aulas y los patios o si el riesgo de contagio es menor que el perjuicio de que los niños no puedan mantener relaciones interpares necesarias para su salud mental y su proceso de aprendizaje.