El hombre acusado de asesinar a su mujer, tras dispararle en tres ocasiones, en Cabana de Bergantiños (La Coruña), en agosto de 2018, ha alegado que lo hizo en un «arrebato» y ha rechazado que tuviese discusiones con anterioridad al día de los hechos o que maltratase a la fallecida.
Así lo ha expuesto en el inicio del juicio, con tribunal de jurado, que durante esta semana y parte de la próxima acogerá la Audiencia Provincial de La Coruña por unos hechos que se produjeron en el domicilio familiar, en el que se encontraban los dos hijos de la pareja, ambos mayores de edad.
De «impecable» ha calificado el hombre su relación con su mujer, con la que llevaba casado 30 años. También ha negado que le controlase el móvil o su vida, incluso cuando, por motivos laborales, se encontraba fuera en un trabajo en el extranjero por el que solo regresaba a su domicilio un par de días cada varias semanas.
«Suponía que chateaba con el amante», ha dicho sobre el día de los hechos y tras admitir que le molestó que, sobre las 07,30 horas del día de la muerte de la mujer, ella recibiese unos whatsapps. «No sé que tienen contra mí», ha respondido a preguntas del letrado que defiende a la madre y los hijos de la víctima al ser preguntado, en concreto, sobre los insultos que, según expuso el abogado, estos últimos aseguraron haber presenciado de su padre hacia la fallecida.
A preguntas del fiscal, negó, además, haber planeado una baja o dejar la empresa tras enterarse que su mujer salía con otra persona –unas infidelidades mutuas, según se expuso en la vista– y haber planificado la muerte de ella.
En la misma línea, rechazó haber amenazado con matarla a ella o a la persona con la que ésta se veía. Sí argumentó que decidió ir por la pistola tras escuchar a su pareja decirle que la persona con la que mantenía una relación «valía más media hora que yo toda la vida».
CONSUMO DE ALCOHOL
Frente a la defensa, que sostiene que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio, y el relato del propio acusado, argumentando que ese día había bebido mucho, la Fiscalía, la letrada de la Xunta y la acusación particular califican los hechos como asesinato. Los dos primeros admiten la atenuante de embriaguez, que el letrado de la madre e hijos de la fallecida rechaza.
Para estas partes se trata de «un crimen machista», por lo que piden las agravantes de actuar por razones de género, además de parentesco. «No estaba borracho», ha argumentado el fiscal, quien ha rechazado que tuviera afectadas sus capacidades.
«No hay obcecación», ha dicho, frente a lo argumentado por la defensa ante el jurado, el letrado de la acusación particular. «Se volvió loco e hizo una locura», ha expuesto, a su vez, la abogada del acusado, para quien el hombre «no coincide con el perfil de un maltratador» y ha apelado a que se encontraba de baja por depresión. «La mataron a traición», ha expuesto, a su vez, el abogado de los hijos, en línea con lo manifestado con el Ministerio Público para quien el hombre «sabía lo que hacía».
Por estos hechos, tanto la Fiscalía como la letrada de la Xunta piden 23 años de prisión, a lo que suman dos años y seis meses de prisión por tenencia ilícita de armas, un arma que, según reconoció el acusado, trajo de Suiza, donde trabajó. La acusación particular reclama 25 y tres años, respectivamente, por cada uno de los delitos.
HECHOS
Los hechos, según el escrito de Fiscalía, se produjeron en la tarde del 19 de agosto de 2018, durante la comida. «El acusado y su esposa ya habían discutido sobre su ruptura inminente, discusión que aparentemente no fue a mayores aunque el acusado decidió en ese momento poner fin a la vida» de su mujer.
«Para, de esta manera, evitar que se divorciara de él y que pudiera abandonarle», añade el Ministerio Público que asegura que, tras coger el revólver, se fue al lugar donde se encontraban su esposa y la hija de la pareja tomando el sol.
Tras «provocar» el acusado otra discusión, la mujer, añade en su escrito de calificación, decidió entrar en el domicilio, momento en el que el procesado la siguió para, «de manera súbita e inesperada» para ella, abordarla por la espalda «y disparar tres veces, dos en la espalda y un disparo más en la parte posterior de la cabeza», que le provocaron la muerte.