Ahora que comienza el verano es uno de los alimentos más apetecibles junto con el helado o un gazpacho fresquito. Los sorbetes son uno de los caprichos estivales y además los hay de todos los sabores imaginables: limón, sandía, naranja… Lo mejor es que los puedes hacer en casa para refrescarte sin tener que salir y además ahorrando dinero.
El sorbete es un postre semi-helado, que se diferencia del helado por no contener ingredientes grasos, además de no incluir yema de huevo por lo que encima es sano y no engorda. Por esta razón su textura resulta menos firme, más líquida y menos cremosa que el helado pero igualmente refrescante. Vamos a ver cómo hacerlos y más acerca de este capricho tan rico.
5Precauciones y trucos de los sorbetes
Hay que tener en cuenta varios puntos para conseguir un sorbete perfecto y dar el toque de calidad definitivo:
- Cuidado con querer hacer sorbetes ligeros con muy poco azúcar, porque os pueden quedar demasiado duros. Mantener la proporción idónea.
- Se puede sustituir el azúcar entre un tercio y un cuarto añadiendo glucosa líquida para ayudar a suavizar y reduciendo además el dulzor.
- El zumo de limón realza el sabor y el color, así que añádelo siempre, porque además actúa de conservante y evita la oxidación.
- A veces se puede añadir algo de alcohol que mejora el sabor y también rebaja el punto de fusión. Pero cuidado, porque si te pasas puede que el sorbete no llegue a congelarse.
- El tipo de fruta influye también el la suavidad del sorbete. La pectina, un componente que tienen las frutas, suaviza el sorbete, así que escoge aquellas que tienen mayor porcentaje de pectina, como el mango.