Desde que se decidiera instaurar el estado de alarma en España debido a la crisis y alarma sanitaria provocada por el coronavirus, muchas de las cosas que antes hacíamos de forma normal las hemos tenido que ir cancelando. Han sido muchos planes arruinados durante estos meses, entre ellos, destacan sobre todo los relacionados con el sector nupcial, pues muchas parejas no han podido celebrar su boda.
Después de que a mediados de marzo saltaran todas las alarmas, las parejas de novios decidieron posponer o directamente cancelar sus bodas. Este sector se ha visto mermado, pues, además, la crisis se ha dado en dos de los meses más prósperos para el mismo: abril y mayo. Empresas proveedoras, parejas, familias… Todos ellos han sufrido en sus carnes la desilusión más absoluta.
Además, aunque la normalidad se va restaurando poco a poco, parece que los enlaces no podrán ser cómo antes. Descubre cómo el coronavirus ha arruinado los planes de boda de los españoles.
Los planes de boda no serán como antes del coronavirus
Aunque, poco a poco, parece que vamos ganando la batalla al virus, lo cierto es que aún no es del todo seguro el seguir celebrando eventos como estábamos acostumbrados a hacerlo antes de la pandemia. Esto puede ser una noticia bastante mala para el mundo de los enlaces nupciales que, por suerte, no terminará desapareciendo.
A pesar de la espera, las parejas que decidieron en su día darse el «sí, quiero», siguen tan deseosas de hacerlo como al principio. Sin embargo, puede que muchos de los invitados puedan continuar teniendo ciertas dificultades para acudir al evento debido a las restricciones sanitarias. Muchos han decidido posponer la boda para el final del verano o para principios de otoño. No obstante, parece que, de ningún modo, podrán acoger a 200 invitados en interior, que suele ser la cifra normal en una celebración de este tipo.
Por eso, más del 80% de los novios que optaron por no cancelar su boda y sí el retrasarla en el tiempo, tienen un temor común: el de que las bajas de asistencia sean especialmente marcadas. Las razones pueden ser varias, tanto decisión de los propios invitados como que los novios se vean obligados a reducir la lista para cumplir escrupulosamente con los límites de aforo estipulados por el Gobierno.
Las empresas del sector también sufren tras la crisis del coronavirus
Es complicado, sin apenas tener información, el hecho de tener que adelantarse e intentar visualizar qué puede pasar de aquí a unos meses con el sector las bodas. Además, las empresas también se ven en la obligación de idear planes que amortigüen las fatales consecuencias que ha tenido la crisis del coronavirus en el mundo boda. Durante un tiempo, se sabe que no serán como antes de la pandemia. Apenas podrá haber besos ni abrazos y las restricciones de aforo serán las protagonistas.
Dentro del mundo de estos eventos, ya se prevén pérdidas de incluso un 30%. Es lógico que habrá muchas menos bodas este año. De hecho, la mayoría de ellas ya tendrían que haberse celebrado. Además, al haber menos gente los gastos de los enlaces serán menores que antaño. Las medidas pueden ser varias, y los especialistas ya se están preparando.
El coronavirus ha arruinado los planes de boda de muchos españoles. Sin embargo, se pretende trabajar en conjunto para que el desastre no llegue más allá y se pueda solventar lo mejor posible. De hecho, la buena noticia es que las parejas no han decidido cancelar por competo su boda, sino posponerla. Este pequeño detalle podría marcar la diferencia y podría ser el que salvara la temporada nupcial de este año. Eso sí, siempre pensando en que no se termine todo retrasando hasta el año que viene.
El coronavirus dio comienzo junto con la temporada de bodas
El sábado anterior al estado de alarma comenzaba en España la temporada de bodas. En marzo es el mes donde comienzan a celebrarse los enlaces, junto a la llegada de la primavera, pues el tiempo suele ser el perfecto para tal evento. Estos fueron los primeros enlaces de la temporada y, de momento, parece que también los últimos. Al menos, si pensamos en la anterior normalidad. Por ello, los proveedores que se preparaban para abastecer al sector desde marzo hasta octubre, no tienen otra opción que amoldarse a la decisión de las parejas.
Muchas, con el retraso de la boda, han tenido que elegir fechas dispares como los días de diario o muchos domingos. El día que suele triunfar, de forma normal, es el sábado. Las parejas, además, son cuidadosas. Aquellas que decidieron posponer el enlace aún son reticentes a comunicar la fecha definitiva del mismo. Todo puede cambiar de un día a otro. Esto es una fatal noticia, pues una pareja puede tardar un tiempo de alrededor de un año en preparar su boda, gastando unos 21.000 euros en el proceso.
El imprevisto vivido con el coronavirus ha supuesto una herida muy grave hacia el sector. Las consecuencias no son solo el haber arruinado planes, ilusiones y sueños, sino que también se dan en el ámbito económico con gran fiereza. Las empresas que viven expresamente de las casi 30.000 bodas celebradas en España cada temporada, no tienen claros sus números para este 2020.
Los gastos de los que es complicado deshacerse
El de la boda es un sector que cuenta con gastos fijos que nos son fáciles de ignorar. No importa que las bodas se vayan posponiendo, pues existe una serie de pagos que deben hacerse como viene siendo habitual. Los pagos de muchas empresas del sector se celebran a plazos. Esto se traduce en que aquellos plazos de las bodas que se han pospuesto también quedan relegados a un segundo plano.
Por tanto, los ingresos previstos por las empresas nupciales para el ejercicio del 2020 son una incógnita. No saben cuándo llegaran ni cómo. Sin embargo, los meses duros de la crisis por el coronavirus parecen haber pasado. Las bodas pospuestas son aquellas que se iban a celebrar en los meses de marzo, abril y mayo.
De forma oficial, los enlaces de junio y julio no han sufrido cancelaciones ni retrasos. Eso sí, tendrán que amoldarse a las restricciones oportunas que el Gobierno ha anunciado. De todos modos, nadie quiere hacerse ilusiones. En todo momento, hasta los novios están pendientes por si tienen que cambiar su fecha como aquellos desafortunados que se iban a casar en plena primavera.