Las personas con pérdida de visión severa pueden juzgar con menos precisión la distancia de los sonidos cercanos, poniéndolos potencialmente en mayor riesgo de sufrir lesiones, según una nueva investigación publicada en la revista ‘Scientific Reports’.
Los investigadores del Instituto de Investigación de la Visión y los Ojos de la Universidad Anglia Ruskin (Reino Unido) evaluaron a los participantes con diferentes niveles de pérdida de visión, presentándoles estímulos de habla, música y ruido, y diferentes niveles de reverberación (ecos).
Se pidió a los participantes que juzgaran la distancia de los diferentes sonidos, así como el tamaño de la habitación. Las personas con pérdida visual grave juzgaron los sonidos más cercanos de manera más inexacta en comparación con aquellos cuya pérdida de visión es menos grave, que a su vez, fueron menos precisos en comparación con las personas con visión normal.
En cuanto a los sonidos más distantes, las personas con pérdida grave de la visión consideraban que estaban el doble de lejos que las personas con visión normal. Los participantes con pérdida grave de la vista también consideraron que las habitaciones eran tres veces más grandes que el grupo de control de las personas con visión normal.
La pérdida de visión significa que las personas confían más en su audición para la conciencia y la seguridad, la comunicación y la interacción, pero no se sabía cómo la audición se ve afectada por la severidad de la pérdida parcial de visión», explica una de las líderes del trabajo, Shahina Pardhan.
Según resalta esta investigadora, los resultados demuestran que la ceguera total «no es necesaria para que la distancia auditiva juzgada y el tamaño de la habitación se vean afectados por la pérdida visual, y que los cambios en la percepción auditiva son sistemáticos y están relacionados con la severidad de la pérdida visual».
«Nuestra investigación encontró que las personas con problemas visuales más graves eran menos precisas a la hora de juzgar la distancia de los sonidos más cercanos, lo que puede dificultarles en situaciones de la vida real, por ejemplo, al cruzar calles muy transitadas», concluye la científica.