España está marginada en la Unión Europea. Al menos no parece estar dentro de los grandes proyectos que se están llevando a cabo en la UE para paliar las consecuencias de la pandemia. Por el momento, en la inminente reapertura de fronteras y la consecuente recuperación del turismo, España parece permanecer en un limbo, ya que los demás países no se atreven ni a recomendar viajes a la península. Pero al mismo tiempo, el Gobierno también se ha quedado fuera de la autodenominada «Alianza Inclusiva por la Vacuna» que han firmado países como Alemania, Holanda, Francia o Italia con el objetivo de encontrar una vacuna contra el coronavirus.
La situación es algo bochornosa, pero es consecuencia de la errática política del Gobierno y de los continuos cambios y correcciones que han tenido lugar desde que la pandemia arrasó España. Incluso Alemania, que ya ha levantado el veto a sus ciudadanos para que puedan irse de vacaciones, recomienda ir a todos los países de la UE excepto a España. Todo un éxito para la gestión de Sánchez que también está aderezado con otros detalles como el hecho de que Francia impusiera una cuarentena a los viajeros españoles como gesto recíproco a la decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de hacer exactamente lo mismo con los ciudadanos de la Unión que visitaran nuestro país.
«España y Noruega permitirán el ingreso de turistas previsiblemente algo más tarde, y una vez tomen la decisión, la aplicaremos de inmediato», aseguró en una rueda de prensa el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, dejando abierta la puerta a recomendar en el futuro viajes a España. Pero mientras la pandemia no se vea controlada y los datos del Gobierno no sean fiables (ya que los principales periódicos internacionales no se atreven a dar por fiables las estadísticas de la pandemia en España por las continuas modificaciones), Alemania no se atreve a recomendar viajes a la península.
A esto hay que añadirle otro factor más que es muy ilustrativo de lo marginada que está España en la Unión. Francia, Alemania, Italia y Países Bajos han acordado unir fuerzas para desarrollar una vacuna conjunta contra el coronavirus que ponga fin a esta pesadilla que ha puesto patas arriba a medio planeta. Y España se ha quedado fuera por no tener capacidad propia para desarrollar dicha vacuna.
El objetivo de la autodenominada «Alianza Inclusiva por la Vacuna» es, como decíamos, el de desarrollar una vacuna, pero también el estrechar lazos con las farmacéuticas más potentes y que tienen los proyectos contra el coronavirus más avanzados. De esta forma, con la colaboración público-privada se podría aumentar considerablemente la capacidad de fabricación para obtener más dosis en menos tiempo y atender a las necesidades de la población de estos países. Aunque España está fuera.
España está a la cola de la reactivación del turismo y fuera de los macroproyectos europeos, pero al menos sí que está dentro de los que ponen la mano para recibir los aproximadamente 140.000 millones de euros que vendrán desde la UE. La mitad a fondo perdido y la otra mitad en forma de crédito. Y aunque Holanda sigue presionando para que esto no sea así, las iniciativas (algunas de ellas muy aplaudidas, como el ingreso mínimo vital) que ha tomado el Gobierno de Sánchez tendrán una posible financiación, aunque España llegue a finales de 2020 a una deuda que supere el 120% del PIB nacional.
Aún así, con todo esto encima de la mesa y con los países del norte que recelan de una España errática, Sánchez ha conseguido aliarse con Italia para presionar a la UE con el apoyo de Francia y de Portugal. Esta postura ha hecho posible que el presidente del Gobierno haya conseguido que las subvenciones destinadas a paliar las consecuencia del coronavirus vengan en su mayoría a España, ya que será el segundo país que más dinero recibirá de la UE. Hay quien incluso ya desliza la idea de que el país será rescatado a finales de año, tal y como afirmó el economista que predijo la crisis del 2008, Santiago Niño.
