El sexual origen de los corn flakes que desayunas todos los días

¿Alguna vez te has planteado el origen de los corn flakes que desayunas día tras día? ¿Y si te dijéramos que ese origen es de carácter sexual? Quizá, a simple vista, no eres capaz de ver la relación. Sin embargo, la tiene, y su creador estaba más que preocupado por un tema que aún sigue teniendo varios detractores en nuestra sociedad actual: la masturbación.

Si nos ponemos a pensar, es sencillo descubrir por qué los cereales se han convertido en un negocio la mar de rentable que mueve al año miles de millones en todo el mundo. Servimos un tazón de leche con unos cereales y conseguimos un desayuno completo y nutritivo que nos deja empezar el día con mucha energía. Por este motivo, se ha convertido en uno de los preferidos de todo el mundo, tanto grandes como pequeños.

Con poco esfuerzo, conseguimos un enorme beneficio y a un precio inigualable. Pero esconden mucho más. Descubre el sexual origen de los corn flakes que desayunas cada día.

El creador de los corn flakes

john harvey kellogg

Si te has fijado bien, cuando vamos a una casa, sea la que sea, no suelen faltar los corn flakes para desayunar. Lo cierto es que es una costumbre que mantenemos desde hace un siglo y, a pesar de todo, no nos hemos terminado aburriendo de ella. Parece que calaron hondo en los hogares y la mente de las personas.

El creador de estos cereales tan reconocidos puso en marcha su proyecto allá por el año 1895. Él mismo no los creó como un elemento saludable con el que acompañar las mañanas de sus adeptos, sino por otra razón mucho más interesante. Estos cereales, como tal, ya existían. Los copos de maíz se utilizaban por los nativos americanos, pero de forma diferente.

El doctor John Harvey Kellogg, que fue el director del Battle Creek Sanitarium, decidió, desde su hogar en el estado de Michigan, Estados Unidos, desarrollarlos y darles la forma que todos conocemos en nuestros días. Además, los unió relacionándolos con una actividad que resultaba terapéutica según sus pensamientos.

Una obsesión relacionada con el origen sexual de los cereales

corn flakes kellogg

El doctor ha sido representado en películas y libros como un arduo defensor de la vida natural. Estaba convencido de que debía alejar de la sociedad los grandes males que la acechaban, así como desterrar los vicios que asolaban a los ciudadanos durante la época del siglo XIX. Para ello, decidió darle una vuelta de tuerca a este producto y desintoxicar tanto de forma física como nutricional a sus clientes.

De acuerdo a varios estudios y publicaciones, como lo recogido en el libro «Ya está el listo que todo lo sabe de sexo», de Alfred López, el doctor Kellogg consideraba los corn flakes sanos y muy nutritivos, por eso los empezó a utilizar y dar a conocer más allá de sus orígenes.

No obstante, estos no eran sus únicos pensamientos sobre el producto. También los consideraba ideales para bajar la líbido, así como los deseos sexuales de los más jóvenes de los hogares. De acuerdo a su experiencia como médico, el maíz era capaz de bajar el impulso sexual, considerado como uno de los grandes que nos afectan a los humanos.

Corn flakes, relacionados con la masturbación

kellogg company

El doctor era una persona muy religiosa de la época. De hecho, pertenecía a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, una rama del protestantismo que ha sido clasificada como una secta por muchos. Por tanto, él consideraba que la masturbación era uno de los peores hábitos que podía adquirir el ser humano. Tal era su obsesión, que llegó a compararla con las enfermedades contagiosas, las plagas e incluso las guerras.

Sus métodos depurativos del organismo en este ámbito calaron muy hondo en la sociedad. Debido a la popularidad que fue adquiriendo con el paso del tiempo, muchos empresarios se decantaron por comenzar a producir sus productos y comercializarlo para el gran público. Y así ha llegado hasta nuestra sociedad actual.

A pesar de que el doctor era el encargado de aplicar la medicina y escribió libros relacionados con el tema, la mente del negocio fue su hermano, Will Keith. Él fue el creador de la empresa de cereales que se ha convertido en la más famosa del mundo: la Kellogg Company.

Pocas pruebas de la veracidad de esta hipótesis

mitos masturbacion

A pesar de la pasión que el doctor puso por su trabajo y el fuerte convencimiento que tenía de que esto era real, lo cierto es que, hoy en día, no se ha conseguido demostrar que el maíz tenga estos efectos negativos sobre el deseo sexual. Por ello, la publicidad ya no está relacionada con este tema y, los usuarios, no deben temer seguir con su desayuno habitual.

Como es costumbre, muchos son los mitos que se han relacionado con la masturbación a lo largo de los siglos. Aunque ahora son menores que años atrás, aun queda una parte de la sociedad considerados como detractores de este tipo de prácticas. Antes, había muchas amenazas para que los jóvenes temieran hacerlo. Seguro que te suena eso de que nos podíamos quedar ciegos, calvos o, los más drásticos, que se nos secaría la médula.

Sí, es cierto que eso quedó atrás. No obstante, aún sigue siendo un estigma en la sociedad de nuestros días. Suele estar relacionado con que, quien lo hace, es porque no tiene otra opción. Es decir, no tiene pareja con la que mantener relaciones sexuales. Como es lógico, todo esto es falso, aunque sigue habiendo muchas personas preocupadas por lo que se pueda pensar sobre el tema.

Una práctica sexual convertida en tabú

practica sexual

Desde el principio de las sociedades como las conocemos hoy en día, la masturbación ha sido una práctica convertida en tabú. Por este motivo, el doctor Kellogg estaba tan preocupado por que sus corn flakes funcionaran. El mensaje ha ido calando tan hondo, que aún sigue generando miedo en la gente, a pesar de ser muy habitual.

Lo cierto es que, según encuestas recientes entre personas europeas y de Estados Unidos, el 96% de los hombres se masturba, así como el 88% de las mujeres. Esta práctica sexual, por tanto, no es nada extraña. A pesar de ello, aún cuesta reconocerlo de forma abierta o normalizada.

Dejando de lado mitos y creencias como la del creador de los corn flakes, la verdad es que es un práctica saludable como cualquier otra, así como muy placentera. Podemos estar tranquilos, por tanto, de seguir llevándola a cabo.