La monarquía española pasa por sus peores momentos. Felipe VI tiene su reputación por los tobillos después de conocerse que era uno de los herederos de una cuenta en Suiza que había dispuesto Juan Carlos I con una millonada de oscura procedencia.
Casa Real se vio salpicada por la exclusiva de The Telegraph y reaccionó como pudo: sacó una nota de prensa en la que aseguraban que el jefe del Estado había renunciado a su herencia y que cortaba la pensión de su repudiado padre.
Jaime Alfonsín, jefe de la Casa del rey, sabía que era el momento de pasar al contraataque para demostrar que la monarquía era un instrumento válido en plena crisis sanitaria. Y consiguió ensanchar la agenda de los reyes… sin que los medios prestasen atención alguna a sus actividades.
Este hecho agravaba la situación de la monarquía, tal y como recogían las frecuentes encuestas internas que encargan desde Zarzuela, y este hecho provocó que Alfonsín, con la autorización de Felipe VI, pasase a marcar agenda para evitar el ‘eclipse’ al que le sometía un PSOE desbordado y un consciente Unidas Podemos, abiertamente republicano.
DENUNCIA PARA SALVAR A FELIPE VI
Hace diez días ABC denunciaba: ‘Silenciar al Rey: más de 150 actos ignorados durante el confinamiento’. El diario monárquico señalaba que en los dos últimos meses «los Reyes han realizado más de 150 actividades -entre visitas, mensajes, reuniones, gestiones, audiencias, llamadas y videoconferencias-, todas relacionados con la pandemia del Covid».
«Sin embargo, una gran parte de la sociedad no se ha enterado», añadían antes de apuntar: «El ninguneo más llamativo ha sido el de la cadena pública, RTVE, que a lo largo de la democracia ha cubierto puntualmente la actividad de los Reyes, alentada por los sucesivos gobiernos».
«Desde que se decretó el estado de alarma, los telediarios de La 1 apenas han informado de unos pocos actos de los 150 que ha protagonizado la Familia Real, y la mayor parte de la información se ha relegado al canal 24 Horas, con escasa audiencia», explicaba ABC.
El diario de Vocento recordaba que TVE «el pasado 22 de marzo llegó a emitir en Informe Semanal un documental titulado ‘La Monarquía en estado de alarma’ que suscitó muchas críticas, ya que trataba de dirigir contra el actual Rey el malestar por las supuestas cuentas de Don Juan Carlos en el extranjero».
EXPLICACIONES
Zarzuela pareció escoger ABC para denunciar el silencio mediático que sufría. Pero ha sido la edición de El País Semanal de este pasado domingo en el que Jaime Alfonsín parece querer despejar dudas, fijar la idea de que Felipe VI se ha dejado la piel durante pandemia y desmentir algunos rumores.
En ‘Días de pandemia en La Zarzuela’ hay cinco tramos del texto que evidencian las intenciones del obsceno publirreportaje:
1- «Antes de llegar a nuestro destino se cruza un puentecillo de piedra sobre el casi desbordado por las lluvias arroyo Trofa. Aquí hay otro punto de control. Esta vez, a cargo de la Guardia Real. Hay muchos menos guardias que en otras ocasiones. Gran parte de sus 1.500 efectivos ya no rinden honores a cada paso ceremonial que da el Rey; están en la calle, desinfectando residencias y luchando contra el coronavirus en el marco de la Operación Balmis. Felipe VI lo decidió el 23 de marzo durante una entrevista con la ministra de Defensa, Margarita Robles».
2- «Como comenta alguien que conoce bien al Rey: ‘Desde que abre los ojos hasta que los cierra, no deja de pensar y maquinar cómo, con las herramientas que tiene, puede conseguir que las cosas vayan mejor para los españoles. Y no lo hace por un interés personal ni político. Sino por sentido del deber. Es su trabajo. Es su vida’«. Digno del NO-DO.
3- «El jueves 12 de marzo, estallaba la bomba. La Moncloa anunciaba a primera hora de la mañana que la ministra Irene Montero había dado positivo en el test del coronavirus. Y empezaban los días más difíciles del reinado de Felipe IV. En solo seis años, le ha tocado bregar con cuatro elecciones generales (dos de ellas repetidas), ocho rondas de consultas con los líderes políticos, la moción de censura contra Mariano Rajoy, un Gobierno débil de coalición con uno de sus socios refractario a la Monarquía y el interminable proceso secesionista en Cataluña. Sin olvidar el juicio y la prisión de su cuñado Iñaki Urdangarin y las continuas informaciones sobre las actividades de su padre, con cuentas privadas en paraísos fiscales e ingresos de dudosa procedencia».
4- «¿Por qué se emitió ese comunicado coincidiendo con el inicio del confinamiento y en domingo? En cuanto tuvimos constancia documental de las acusaciones del diario británico, no podíamos dejar ni un segundo que se extendiera la mínima duda de que Felipe VI era beneficiario de esas cuentas; había que actuar sin dilación; no podía haber ninguna sombra sobre su conducta; esa noticia no podía estar ni un segundo en la Red sin que hubiera una respuesta del Rey’, explican sus colaboradores. ‘¿Por qué lo sacamos ese día y no un año antes? Porque hasta ese fin de semana no tuvimos la certeza documental de esas acusaciones, un año antes carecíamos de esa constatación documental’«.
5- «Una de las grandes preocupaciones de los Reyes es, en estos momentos con la curva de contagios y fallecidos en caída libre, ‘la sostenibilidad de los colectivos que trabajan con los más desfavorecidos y les ayudan a que su vida tenga algo de calidad, por ejemplo, en materia de violencia de género. Si las subvenciones y ayudas y los conciertos con las comunidades autónomas de las organizaciones del tercer sector se interrumpen, ¿qué va a ser de ellos?’, se preguntan en el entorno de la Reina. Ese es su trabajo. Ser útiles. Aunque no siempre lo tengan fácil«.
HIPERSENSIBILIDAD
Parecen olvidar en la Casa Real que Felipe VI ha heredado el confortable silencio de su padre, que el Gobierno sigue sin preguntar en el CIS por una institución depauperada, que la prensa española no está investigando nada sobre su padre y que prácticamente ningún medio repara en la amistad del jefe del Estado con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salmán (investigado por el asesinato de Jamal Khashoggi).
En el Estado español prácticamente ningún medio critica abiertamente a la monarquía: tan solo Público encarga encuestas sobre el modelo de Estado (los españoles, según el citado medio, prefieren la República a la monarquía); y tan solo la tele pública vasca ETB realiza documentales críticos con la institución.
Las teles estatales, las principales radios y todo el papel tratan a Felipe VI con un trato idéntico al que la prensa le dispensaba a Franco en los años sesenta. Por eso llama la antención la hipersensibilidad de Zarzuela, que actúa como perseguida.
Cierto es que la monarquía, que recibe lametones de ¡Hola! y de digitales rosas muy influyentes, está viendo que las nuevas plataformas de entretenimiento ya no respetan el tabú sobre la monarquía: Spotify ha estrenado ‘XRey’, podcast en el que la figura de Juan Carlos I sale muy dañada, y Newtral y el estudio americano Exile preparan una serie documental ‘crítica’ sobre los Borbones.