El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está desaparecido. Hay carteles con su cara por las calles, pero no parece que nadie le haya visto. El Ejecutivo que preside se resquebraja como la hojarasca por segundos. Se están tomando decisiones importantes, de calado, que van desde derogar la reforma laboral (de forma íntegra, según algunos), a aprobar un ingreso mínimo vital que costará a las arcas públicas 3.000 millones de euros. Pero entre tanto, la actuación de Pedro Sánchez se ha limitado a ofrecer de forma esporádica alguna rueda de prensa en la que anuncia medidas de su equipo de Gobierno, y poco más. Y si uno levanta la vista de la prensa nacional y se va a otros medios internacionales, se encuentra con que quien representa al país es su vicepresidente Pablo Iglesias. O al menos es lo que sugiere la última entrevista del periódico italiano La Stampa.
Según pudo saber MONCLOA.COM, el hecho de que Iglesias haya adoptado un papel tan relevante durante la crisis del coronavirus es una estrategia de la mano derecha del presidente, Iván Redondo, que busca sobreexponer al vicepresidente para evitar el desgaste del PSOE usando a Podemos como escudo. Pero aún así, llama la atención a algunos socialistas que su presidente haya pasado a un segundo plano discreto y haya cedido todo el protagonismo a Iglesias. Incluido de cara a tomar iniciativas de Gobierno.
Tal es el poder del líder de Unidas Podemos, que ha conseguido imponer muchas de sus medidas estrella incluso con la vicepresidenta Nadia Calviño y otros ministros socialistas del ala moderada en contra. Calviño ha amenazado con dimitir hasta dos veces por las imposiciones de Iglesias, pero de poco a servido. Si el vicepresidente segundo dictaba que se iba a imponer la renta mínima, lo que dijera Calviño no serviría de nada. Y Sánchez, entre tanto, observa en silencio.
Iglesias ha excluido a la patronal del diálogo social, ha negociado con EH Bildu la derogación íntegra de la reforma laboral e incluso ha conseguido llevar adelante la renta mínima vital, que llevará entre 460 y los 1.100 euros mensuales a 850.000 familias españolas (es decir, a más de dos millones de personas). Todo iniciativa del vicepresidente. Y Sánchez, durante todo ese proceso, guarda silencio.
Ahora, si uno acude a la prensa internacional se encuentra con que las entrevistas también las concede Iglesias. Y el titular no es otro que sugerir que la crisis del coronavirus la tendrán que pagar los ricos, en referencia al impuesto de Iglesias que pretende aplicarse a las grandes fortunas.
El papel del PSOE desde que estalló la crisis de la pandemia está siendo de contrapeso de Iglesias. Pero parece que quien ha obtenido la mayoría es Unidas Podemos y quien gobierna en coalición es el PSOE. Los socialistas han levantado la voz alguna que otra vez, al menos el ala moderada, pero Sánchez se ha entregado por completo a Iglesias. Eso, o el plan de Iván Redondo va sobe ruedas y el desgaste del líder de Unidas Podemos acabará por beneficiar a Sánchez durante la reconstrucción económica del país.
Sánchez se reúne. Lo hace durante la conferencia de presidentes autonómicos o durante la comisión permanente de la ejecutiva federal del PSOE. Pero de ahí no pasa. Si alguien ha tenido iniciativa durante la pandemia ha sido Iglesias. Y a día de hoy, quien concede entrevistas y quien orquesta junto a otros países mayorías para presionar a la Unión Europea es el líder de Unidas Podemos. Entre tanto, ¿dónde está Sánchez?
Hasta ahora, los representantes visibles del socialismo en el Gobierno han sido, además de Calviño, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y alguien que, no olvidemos, fue nombrado por el expresidente Mariano Rajoy: Fernando Simón. Por lo demás, da igual el terremoto que haga temblar el Gobierno, puesto que el presidente sigue en las sombras, junto a Iván Redondo, esperando el momento oportuno para reaparecer ante los medios.