La siesta, el nombre que recibe el sueño después de comer, puede ser muy beneficiosa para la salud, tal y como han demostrado los diferentes estudios que se han llevado a cabo desde hace años. Sin embargo, siempre ha existido cierto debate acerca de su duración perfecta.
El descanso a media tarde puede variar su duración en función de los beneficios que se desee conseguir, si bien lo más recomendable es que no dure más de 20 minutos. A continuación te explicamos las razones que así lo demuestran.
6LA SIESTA Y EL SÍNDROME METABÓLICO
El sueño prolongado tras la comida aumenta el riesgo de desarrollar síndrome metabólico. Es decir, esta persona tiende a que esa persona pueda sufrir de obesidad, con los problemas de salud que ello puede llevar asociados.
De hecho, si el descanso vespertino llega incluso a la hora y media, el riesgo de desarrollar este síndrome aumenta hasta en un 50%. Además, también hace que se pueda sufrir de un cansancio excesivo o somnolencia durante el día.
Una siesta superior a 20 minutos hace que los niveles de glucosa en sangre aumentan de forma considerable. Esto puede derivar en el padecimiento de diabetes de tipo 2.