PNV pide a la IA condenar los ataques a sedes de partidos

El responsable de Política Institucional del PNV, Koldo Mediavilla, ha afirmado que una «condena dialéctica» de los ataques que en los últimos días se están realizando en Euskadi por la situación que vive un preso de ETA, serviría «para derribar de una vez por todas el muro de desconfianza que la ‘izquierda patriótica’ ha levantado en torno a ella». «Mientras ese muro continúe en pie, nadie podrá fiarse de la izquierda abertzale», añade.

En un artículo publicado en su blog, recogido por Europa Press, el representante jeltzale se ha referido también al acuerdo alcanzado esta semana por PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu para derogar la reforma laboral y, «sin ningún afán de crítica oculta», felicita a «los muñidores de tal compromiso», ya que «todo lo que sea bueno para Euskadi debe ser bienvenido».

En este sentido, confía en que el «giro copernicano» dado por quienes tenían como cometido «derribar el enemigo Estado español y ahora colaboran en su reforma», sea «duradero».

No obstante, Mediavilla considera que «nada de lo que tenga que ver con la ‘izquierda patriótica’ causa ya extrañeza» y advierte de que EH Bildu «tan pronto explota su perfil más pragmático negociando y consensuando en Madrid que retrocede a posiciones numantinas en relación a la defensa de derechos básicos y elementales de la ciudadanía en Euskadi.

«TIEMPOS OSCUROS»

En este contexto, recuerda los ataques realizados durante los últimos días a sedes de partidos y a la vivienda de la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, por la huelga de hambre y sed que mantiene el preso de ETA Patxi Ruiz y que retrotraen a «tiempos oscuros de terror, de intolerancia y de miseria moral».

«Pensábamos que con la experiencia del camino recorrido, cualquier barbaridad asimilable a aquella injustificable actividad violenta sería argumentalmente rechazada, condenada y repudiada de manera inmediata y sin sombra de sospecha por todos… Cuan equivocados estábamos. Ha bastado un primer brote de violencia nostálgica para que los representantes de la hoy nueva ‘izquierda independentista’ hayan dado un paso atrás e impedido una defensa unánime en diversas instituciones de las libertades básicas que asisten a personas y organizaciones», denuncia.

A su entender, la cuestión va «más allá de un problema de léxico, de imposición de relato o de diferente interpretación de la realidad», y cree que «el muro levantado» por EH Bildu y Sortu en relación a su pasado es «tan infranqueable para ellos mismos que les impide cualquier avance».

Mediavilla defiende que la mayoría de la sociedad vasca pretende «mirar al futuro sin olvidar su pasado», pero para la izquierda abertzale «la historia sigue atascada en el mismo punto».

«La condena dialéctica serviría para mucho. Para deslegitimar cualquier tentación violenta e intolerante. Para dejar claro que el pasado no debe repetirse de ninguna de las maneras. Que el retorno al ejercicio de la coacción y del miedo es incompatible con los principios democráticos. Serviría, en definitiva, para derribar, de una vez por todas, el muro de desconfianza que la ‘izquierda patriótica’ ha levantado en torno a ella, imposibilitando que una relación normalizada se pueda establecer en el ejercicio de la actividad política vasca», señala, para añadir que «mientras ese muro continúe en pie, nadie podrá fiarse de la izquierda abertzale».