La cabeza visible de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha profundizado en su apuesta. Primero prorrogó el estado de alarma del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por una semana a cambio de unas medidas concretas. Y ahora se ha postulado para darle al líder socialista plenos poderes durante 15 días más. La estrategia, tal y como adelantó MONCLOA.COM, pasaba por hacer ver a los votantes conservadores de Ciudadanos que Arrimadas había reducido a la mitad las expectativas de Sánchez, que habló de una prórroga del estado de alarma de un mes. Pero lejos de haber conseguido esa imagen, la lideresa de la formación solo ha logrado que más diputados abandonen el partido por la deriva que lleva Ciudadanos enfocada a apuntalar el sanchismo. Eso sí, el polémico CIS de José Féliz Tezanos de mayo ha reflejado que el partido de Inés Arrimadas está lanzado.
Inés Arrimadas conseguiría un 10,5% de los votos, casi cuatro puntos más que el 10-N. Lo que significa que su llegada al frente de la formación naranja va viento en popa y a toda vela. Eso sí, estos datos hay que cogerlos con la prudencia oportuna porque provienen del CIS de Tezanos, que ya tiene acostumbrada a media España a soltar gráficos que, cuanto menos, llaman la atención de algunos por diferir con todas las tendencias que marcan los las encuestas y los sondeos privados. Pero aún así, lo que está claro es que este volantazo político que ha dado Arrimadas tendrá consecuencias para el partido. O para bien, o para mal.
La lideresa de la formación ha vendido el hecho de apoyar un estado de alarma por 15 días más, primero, como un éxito por haber rebajado a la mitad las expectativas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (algo que estaba acordado de antemano entre ambas formaciones), y segundo, como una forma de excluir del tablero a los independentistas. Según la propia lideresa, ha hecho elegir a Sánchez entre ellos o ERC. Y al parecer, Sánchez ha elegido Ciudadanos.
«Gracias al acuerdo al que ha llegado Cs con el Gobierno, las demandas separatistas no serán una contrapartida para seguir salvando vidas y empleos», ha asegurado Arrimadas en su cuenta personal de la red social Twitter. Este mensaje no ha calado entre muchos de sus seguidores, ya que tras tomar la decisión, algunos diputados como el empresario Marcos de Quinto han abandonado el partido.
«Esta mañana he informado a Inés Arrimadas de mi intención de dejar el partido por diferencias con algunas decisiones (las cuales reconozco legítimas y democráticas). Deseo lo mejor a Ciudadanos pues sigo creyendo que es un partido absolutamente necesario en nuestro país», ha asegurado el exempresario de Coca-Cola.
Esta mañana he informado a Inés Arrimadas de mi intención de dejar el partido por diferencias con algunas decisiones (las cuales reconozco legítimas y democráticas).
— Marcos de Quinto (@MarcosdeQuinto) May 19, 2020
Deseo lo mejor a @CiudadanosCs pues sigo creyendo que es un partido absolutamente necesario en nuestro país.
No hay duda de que la decisión de Arrimadas pasa por devolver a Ciudadanos al punto inicial. A convertir la formación en un partido bisagra, útil, que forme parte de las decisiones de la política y que evite que los independentistas condicionen el día a día de una nación desde un Congreso de representación nacional. Ahora bien, su jugada puede salirle mal y hundir más a un partido que pasó de 57 a 10 diputados en tan solo pocos meses por haber tomado decisiones radicales.
Luego está el resultado reflejado por el CIS de Tezanos. Al parecer, según ese sondeo de mayo, Ciudadanos estaría ganando votos. Podría mejorar sus expectativas solo por haber dado el paso de apoyar a Pedro Sánchez en sus planes. El problema viene cuando se analizan las otras encuestas privadas, como de GAD3 o de Sigma Dos, en las que todas apuntan a la misma tendencia: que Ciudadanos está en caída libre y cuesta abajo.
La decisión de Arrimadas es arriesgada. Pero al igual que Tezanos es capaz de clavar el resultado o errar de forma estrepitosa, habrá que esperar para ver qué percepción tienen del partido quienes llevaron a Albert Rivera a coger el rebufo electoral del PP para luego despeñarse.