Ha sido un mensaje breve y conciso, que pretende ser eficaz para el propósito de concienciar o volver a concienciar a las personas que se saltan las medidas de confinamiento o que han relajado la prevención frente al Covid-19. Un médico internista ha decidido ser claro y duro para ver si así entiende la gente de una vez ante qué nos enfrentamos y no dar pasos atrás en lo conseguido: lo que puedes sufrir si no se es responsable en la desescalada.
«La reanimación o ventilación para el Covid-19, no es una máscara de oxígeno puesta en la boca, mientras usted disfruta acostado pensando en su vida…», ha dicho el facultativo. Advierte de la tortura que supone acabar en una UCI debido al Covid-19: «Es una ventilación invasiva, bajo anestesia general, y consiste en quedarse de dos a tres semanas sin moverse, muchas veces boca abajo, con un tubo hasta la tráquea y que le permite respirar al paciente al ritmo de la máquina a la que está conectado.»
Añade que lógicamente no se podrá «hablar ni comer, ni hacer nada de manera natural» y que el dolor y la molestia por el tubo es tan fuerte que se requiere del uso continuado de sedantes y analgésicos.
Consecuencias de la irresponsabilidad frente al Covid-19
En el caso de los más jóvenes, estar 20 días así supone una pérdida de masa muscular del 40% y una rehabilitación posterior de 6 a 12 meses, además de «traumatismos asociados de la boca o de las cuerdas vocales». «Ahora si quieres, sigue haciendo el gilipollas y quedas para hacer deporte en grupo, de tertulia con los amigos, y a pasear con los vecinos», concluye duramente el internista.
Estas palabras quizás sacudan interiormente a la gente y les motive a ser cuidadosos y no saltarse las normas, en beneficio propio y del resto, es la intención al menos de este médico. Ya son más de dos meses de confinamiento total y ahora parcial tras el inicio de la fase 0 en unas zonas y de la fase 1 en otras. La paulatina libertad de movimientos parece haber relajado a parte de la población y se están dando cada vez más casos de irresponsabilidad, con el consiguiente aumento de multas en los últimos días. Sólo el pasado fin de semana tuvieron que desalojarse 400 fiestas y casi 100 botellones y en Madrid, por ejemplo, se han duplicado en los últimos días el número de actuaciones y multas efectuadas.