España es uno de los países donde más nos medicamos no sólo para el cuerpo sino para la mente. Los países occidentales tienen unas tasas preocupantes de trastornos psicológicos y eso deriva en una enorme eso de fármacos para mitigarlos. El Trankimazin es sin duda el rey de los ansiolíticos y somníferos. Perteneciente al grupo de las benzodiacepinas, su gran aceptación deriva en los pocos efectos secundarios que presenta, frente a los altísimos que tenían los antiguos barbitúricos. Sin embargo, su uso excesivo también provoca efectos adversos. Por eso te vamos a indicar por qué no debes abusar del Trankimazin.
1Crea adicción
El principio activo de Trankimazin es el alprazolam. En cantidades moderadas y con un consumo controlado por el facultativo no debería de provocar adicción, pero sí con su abuso o uso continuado. De hecho en Estados Unidos hay una auténtica epidemia de adicciones por este compuesto. La clave es sobre todo el alargamiento de su consumo. Su acción relajante y calmante hace que sea difícil abandonarlo, con el consiguiente riesgo de adicción. Las recomendación es no tomarlo durante más de de seis semanas. Cuanto más se prolongue, más complicado será abandonar su consumo y más tardarán en remitir los síntomas de abstinencia, muy similares a los sufridos al dejar el alcohol.