Jon Kortajarena es un famoso actor, y modelo, que ha cautivado a gran parte de la audiencia por sus dotes profesionales y por su indudable atractivo. Precisamente su físico ha sido objeto de halago recurrente cada vez que ha subido alguna fotografía a sus redes sociales. En esta ocasión, en cambio, las alabanzas se han tornado en insultos. Y no es para menos. El actor ha compartido en una historia de Instagram una conversación con la compañía Glovo en la que les recriminaba su tardanza en la entrega de una tortilla de patatas.
La conversación resulta algo surrealista si se tiene en cuenta la complicada situación laboral a la que se enfrentan desde hace tiempo los riders de Glovo. Y más en estas fechas, en las que son evidentes los estragos causados por el coronavirus y el riesgo que conlleva hacer vida normal. Esto no le ha importado demasiado a Jon Kortajarena, que lejos de quejarse sin más, ha sido bastante brusco.
“Lo de Glovo es una vergüenza. Si no podéis dar un servicio, no lo deis. Pero esto es jugar con el tiempo y el dinero de la gente. Dos horas para una tortilla de patata… y las ilusiones”, ha señalado. Sí, habla de dinero cuando la diferencia de salario entre el repartidor y él es algo más que abismal. Desde la compañía le indican que no tiene a ningún repartidor asignado por la difícil situación actual, pero a él le da igual: “quiero saber cuándo cojones me vas a enviar la tortilla”.
La conversación no se queda ahí. Desde Glovo le informan que están buscando el repartidor más cercano y Jon Kortajarena después de montar el lío, cancela el pedido. “Pues si después de dos horas no podéis decirme cuánto tiempo más vais a tardar, por favor, cancelarme el pedido y nunca más pediré una tortilla con vosotros. Manda huevos”.
Lo más llamativo es que además de enfadarse por una tortilla y pagarlo con Glovo, el actor lo ha compartido en las redes sociales. No obstante, como los comentarios a las historias de Instagram no se pueden visualizar públicamente, la gente ha aprovechado para atacarle en Twitter. Los calificativos de “guapo” o buen actor que le han acompañado siempre han derivado en un puñado de insultos. “Imbécil” es de lo menos fuerte que le han llamado.