España conserva la posición en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 de Reporteros Sin Fronteras (RSF) y se sitúa en el puesto 29 de una tabla que integran 180 países, como consecuencia de «la vuelta a la calma tras momentos de grave deterioro» de la libertad de información y «por la situación en una zona de la tabla relativamente tranquila».
Así lo pone de manifiesto la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa que elabora Reporteros Sin Fronteras (RSF), y que apunta que la «penetración de la extrema derecha en la política» española marcó 2019.
En concreto, la organización destaca que «Vox, convertido en la tercera fuerza, mantiene una cruzada contra los medios de comunicación». RSF argumenta en su informe que los simpatizantes de la organización «incitan al linchamiento de periodistas en las redes sociales o los acosan físicamente cuando cubren los acontecimientos».
«Los dirigentes políticos insultan públicamente a los reporteros y, en ocasiones, les niegan el acceso a sus encuentros», denuncia RSF en la última edición de su informe anual sobre Libertad de Prensa en el mundo.
Asimismo, la entidad detalla que los periodistas de investigación en España «padecen un encarnizamiento judicial» y explica que algunos han sido acusados del delito de revelación de secretos por publicar información del sumario secreto y otros han sido objeto de requisas. Es el caso de reporteros de Europa Press y ‘Diario de Mallorca’ que cubrían el ‘caso Cursach’ y que sufrieron la incautación de sus móviles por orden judicial.
«Aunque en la mayoría de los juicios no se les ha sancionado, los jueces y la policía tienden cada vez más a no respetar la protección de las fuentes periodísticas, así como a obstaculizar el periodismo de investigación», apunta RSF.
En relación con Cataluña, la ONG pone de relieve que «en un ambiente de extrema polarización política, los periodistas han sufrido violencia física, tanto por parte de la policía como de los manifestantes independentistas».
Reporteros Sin Fronteras sostiene además que en España –como en Austria (18º, -2), Italia (41º, +2) y Grecia (65º)– se produce otro fenómeno «cada vez más visible» y es que «grupos nacionalistas o simpatizantes de la extrema derecha agreden abiertamente a los periodistas».
«UNA DÉCADA DECISIVA» PARA LA LIBERTAD DE PRENSA
En términos generales, RSF sostiene que los próximos diez años serán «una década decisiva» para la libertad de prensa debido a las crisis que afectan al futuro del periodismo: geopolítica, por la agresividad de los modelos autoritarios; tecnológica por la falta de garantías; democrática pro la polarización y las políticas de represión; de confianza, por el desapego, e incluso odio, hacia los medios de comunicación; y económica por el empobrecimiento del periodismo de calidad.
«Entramos en una década decisiva para el periodismo, debido a las crisis simultáneas que afectan al futuro de la prensa», afirma el secretario general de RSF, Christophe Deloire, que añade que la pandemia del coronavirus «muestra factores negativos para el respeto del derecho a una información fiable».
Deloire indica que «esta es, en sí misma, un factor multiplicador». «¿Qué será de la libertad, del pluralismo y de la credibilidad de la información de aquí al año 2030? La respuesta a esta pregunta es lo que hoy está en juego», avisa.
En este sentido, la organización aprecia «una clara correlación» entre la represión de la libertad de prensa registrada durante la crisis del coronavirus y el lugar que ocupan los países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa.
RSF apunta que China (177º) e Irán (173º, -3), epicentros de la pandemia, establecieron dispositivos de censura masivos, y que el Gobierno de Irak (162º, -6) suspendió la licencia de trabajo de la agencia de noticias Reuters durante tres meses, horas después de que esta publicase una nota que cuestionaba las cifras oficiales de casos de Covid-19.
En Hungría (89º,-2), el primer ministro, Viktor Orbán, hizo que se aprobara una ley relativa al coronavirus que sanciona la difusión de noticias falsas con penas de hasta cinco años de prisión, «una forma de coacción completamente desmesurada», según la ONG.
«Los gobiernos autoritarios ven en la crisis sanitaria la oportunidad de aplicar la famosa ‘doctrina del shock’: aprovechar la interrupción de la vida política, la consternación de la población y el debilitamiento de los movimientos sociales, para imponer medidas que sería imposible adoptar en condiciones normales», denuncia Christophe Deloire.
De este modo, asegura que, «para que esta década decisiva no sea catastrófica, la gente de bien, sea quien sea y se encuentre donde se encuentre, tiene que movilizarse para que el periodismo pueda cumplir la función esencial de ser un ‘testigo solvente’ para las sociedades, por lo que debe contar con todas sus capacidades.
Respecto a la Clasificación 2020, Noruega conserva, por cuarto año consecutivo, el primer lugar y Finlandia se mantiene en la segunda posición, seguido de Dinamarca (3º, +2) que se sitúa ahora en el tercer lugar, ya que Suecia (4º, -1) y los Países Bajos (5º, -1) sufren un descenso por el aumento de los casos de acoso a periodistas en internet.
En el lado opuesto, Corea del Norte (180º, -1) desciende a la última posición y ocupa el lugar de Turkmenistán, mientras que Eritrea (178º) sigue siendo el país peor calificado del continente africano.
CLASIFICACIÓN POR REGIÓN
Por regiones, Europa sigue siendo el continente mejor clasificado en cuestión de libertad de prensa, seguido de América, pese a que Estados Unidos y Brasil se han convertido, según RSF, «en dos verdaderos antimodelos».
África se ubica en la tercera posición. En esta zona se registraron importantes retrocesos por el aumento de las prolongadas detenciones arbitrarias de periodistas y por los ataques que estos sufren en internet.
Sin embargo, RSF detalla que la región que experimenta un mayor deterioro es la de Asia y el Pacífico (+1,7%). Australia (26º, -5) desciende en la Clasificación debido a que el secreto de las fuentes y el periodismo de investigación están en peligro en este país, que antes era un modelo en la zona.
Otros dos países de Asia-Pacífico también han contribuido al descenso de la puntuación de esta región: Singapur (158º), que pierde siete posiciones por su ley contra las noticias falsas y entra en la zona negra de la Clasificación, y Hong Kong (80º), que también pierde siete lugares por las agresiones a periodistas durante las manifestaciones pro democracia.
Finalmente, la región de Europa del Este-Asia Central conserva el penúltimo lugar y Oriente Medio-África del Norte sigue siendo la región donde resulta más peligroso para los periodistas ejercer su profesión.